26- Cumpleaños de Greg

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Nuevamente el sábado en la noche la cafetería se llenó y nuevas personas nos empezaban a seguir en Instagram. Lía tenía muchas ideas en mente para nosotras, y una de ellas era el Spotify, ya teníamos que ir produciendo  nuestras canciones si las personas las estaban pidiendo tanto. Pero había algo que todas habíamos olvidado y eso era la tarjeta de la señora Marilyn Fauré, la gran productora estrella que conocimos en el show de talentos donde quedamos segundas.

Hoy es mi cita culinaria con Milder y luego en la tarde iremos al cumpleaños del señor Greg. Cada vez que pienso en volver a pisar el asilo algo en mi se remueve, me imagino lo fuerte que será para Freddy volver ahí.

—  ¡Coral! — la voz de mi madre me llama desde la planta baja. Dejo el teléfono en la cama y me levanto de un salto de la misma. Bajo rápidamente las escaleras y asomó la cabeza en la sala donde mi madre tiene a mi querido primito en la mesa del centro coloreando algo.

—  Max — me acercó a él y despeinó su cabello.

— Colal mira lo que hago — me extiende el dibujo y yo lo tomo mientras caigo sentada en la alfombra junto a el. En el dibujo hay un barco donde cinco personas están en el.

— Guao está increíble ¿Quiénes son estás personas? — le pregunto y veo a mi madre aún parada enfrente de nosotros.

—  Mami — apunta a la muñeca con un vestido rosa —  Tía — la muñeca a su lado que agarra la mano de su mamá — Tío — mi padre al lado de mi madre — Colal — la muñequita que agarra el muñeco más pequeño que le está dibujando un sombrero pirata — Y yo.

Se me agua el corazón.

—  Eres muy bueno —  vuelvo a despeinar su rubio cabello y Max suelta varias risitas.

—  Max cariño, Coral y tu tía irán por unas galletas a la cocina ¿Serías niño bueno y nos esperarías un ratito?

El niño asiente frenéticamente con su cabeza y vuelve a su dibujo. Mi madre me arrastra con ella a la cocina y me fijo más en su atuendo. Jeans oscuros, suéter blanco, zapaticos negros y una coleta arreglada. Lleva un bolso en su antebrazo de color celeste y cuando deja de darme la espalda me mira con seriedad.

— Tienes que cuidar de Max hasta que volvamos - ella suspira, mira un punto fijo a su izquierda y luego me vuelve a mirar — Tu padre y yo llevaremos a Candace al hospital. Tal vez lleguemos tarde o no lleguemos. La situación con la enfermedad de tu tía no es tan buena como imaginábamos — sus manos van a mis hombros y luego me abraza —  Los doctores no tienen mucha esperanza esta vez, pero todavía hay posibilidades de que todo salga bien, por eso iremos al hospital.

—  ¿Y-y que va a pasar con tía Candace? — dejo de abrazar a mi madre y con los ojos llorosos la miro.

—  No lo sabemos cariño — mi madre pasa sus manos por mi rostro y sigue diciendo — esperemos que todo salga bien. Tu padre está con ella ahora mismo, yo los iré a alcanzar, cuida de Max mientras no estamos ¿Okey?

—  Si, todo saldrá bien. Le dices a tía que la quiero mucho y que Max y yo la esperamos para ver una peli de Disney.

Mi madre asiente. Toma el frasco de galletas y me lo entrega. Caminamos a la sala y Max aún está pintando en su hoja. Los sentimientos que tengo en estos momentos quieren salir y lanzarse a llorar mientras abraza a Max con todo mi ser, pero me digo a mi misma que tengo que ser fuerte, por el y por tía Candace, todo saldrá bien y pronto estaremos todos juntos viendo y riendo mientras vemos una película de Disney.

Camino con el bote de galletas en la mano y me siento al lado de Max suspirando levemente. Max deja de dibujar y me mira seriamente. Le sonrió.

—  Dile adiós a la tía, hoy te quedarás conmigo y jugaremos por mucho tiempo — le digo. Sus hermosos ojos van a mi madre, se levanta y abraza las piernas de mi madre tiernamente.

Siempre Lo SupeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora