15

191 6 0
                                    

Tan fácil como irse

Me voy.
No sé adónde,
pero por el amor de Dios,
ya me voy.
Quiero no pisar de nuevo este suelo,
ni volver a ver sus rostros,
ni a escuchar sus nombres
ni a saber nada,
absolutamente nada,
de ellos.
Que el viento arrastre sus voces.

Porque los días neones se apagaron
y mi tiempo acá se agotó.
No voy a salir corriendo,
pero tomaré mis cosas
y me iré caminando
o en auto
o tomaré un taxi.
No puede ser tan difícil.
Tampoco hay diluvio que me frene
si la decisión está tomada.

Me voy sin culpas ni llantos
por la puerta de adelante,
sin nada más por decir
ni nudos que desatar.
La frente en alto y el paso firme
como quien sí quiere la cosa.

Es mejor si no me esperan,
no voy a volver
ni aunque me olvide de algo.
Me llevo a los míos
y lo que es mío,
todo aquello que no necesita maleta,
que no precisa un recipiente,
porque está.
Siempre está.
Dondequiera que me encuentre.

EpifaníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora