Epifanías

25

Otra vez

En las buenas y en las malas,
te quise más que a mi propia vida.
Incluso cuando lo tenía todo,
eras mi bien más preciado.
Nada podía reemplazarte.
Podía existir sin aire,
más no sin vos.
Pero mi frágil corazón
resultó no ser tan frágil
y cuando pensé que ya no latiría,
cuando anuncié al Tiempo mi derrota,
cerré los ojos y busqué mi pulso.
Ahí estaba.
Y volví a sentir.
Sentir hambre, sentir sed.
Renació el deseo de aventura,
el anhelo por descubrir,
por amar
y amar sin condiciones.
El mundo empezó a girar otra vez.