36

90 4 0
                                    

Nunca Jamás

Me doy cuenta de que tengo que madurar
pero no sé cómo hacerlo,
no entiendo por dónde se empieza
o cuáles son los pasos a seguir.
Todavía me siento una niña
que juega sola en su mundo de fantasía
y se hamaca alto, muy alto, hasta el cielo.
Una niña que aun dibuja rayuelas, se sube a toboganes e invento historias locas con su papá.
¿Cómo puedo dejar morir algo que es tan mío?
¿Cómo puedo dejar atrás eso que creo que soy?
¿Qué quedará después si suelto todo?
Me doy cuenta de que tengo que madurar
para sobrevivir.
Me doy cuenta de que no quiero quedarme atrás,
pérdida y sin nadie,
abandonada como muñeca vieja,
en el país de Nunca Jamás.

EpifaníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora