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A la distancia

Mirar hacia el lado equivocado
siempre tiene sus consecuencias.
Es incluso mejor no mirar
si no sabemos en qué dirección hacerlo.
Pero la perversidad provoca devoción
y tras solo un pequeño vistazo,
nos atrapa como a presas,
frágiles y desprotegidas,
vulnerables entre tanta niebla.
Entonces nos lleva,
y cuando logramos darnos cuenta,
ya estamos lejos,
muy lejos,
del hogar.

EpifaníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora