A I'antenne || Freenbecky

14: Mr. Loverman

Freen

Ahora que me he tomado el día libre, me enferme, mi cerebro no me ha dejado descansar como yo quisiera, y es que, viendo viejas fotos me he puesto a recordar cosas que no quisiera.

Como a ella... y mi tiempo en la universidad.

No se como empezó ni cómo es que en ese momento no me preocupe, porque ella llegó como un pequeño aire de libertad... y rebeldía.

¿Cómo puedo iniciar a hablar de ella? Fue como una brisa de verano, de aquellas que hacen que te sientas libre.

Muy diferente a Becky, quien... la comparó como un lindo atardecer en la playa, no es nada nuevo, sabes que estará ahí por las tardes pero te da una sensación de tranquilidad y calidez en tu interior.

Pero...

Irin Urassaya fue la pequeña brisa que tuve un verano de universidad.

Fue por allá de mi tercer año de carrera en que hablamos, siempre compartimos las materias pero fue un trabajo que nos obligó a hablarnos.

No se como inicio pero, de pronto hablábamos todo el día, comíamos juntas y salíamos seguido. Hasta que de pronto sentí la misma sensación que cuando me enamoré de Becky.

•Años Atrás•

Pude observar a Irin dibujar tranquilamente en su libreta, su mirada concentrada y su rostro serio demostraban que estaba poniendo bastante empeño en aquello.

Su mano izquierda sostenía un cigarrillo y de vez en cuando daba alguna calada, por alguna razón no podía dejar de mirarla.

— ¿Qué te parece? — me mostró su libreta, sus dibujos me parecían abstractos en realidad pero me gusta ver esa sonrisa que pone cada que termina alguno.

— Es hermoso

Tal vez esa sensación se vaya después de unos días...

Pero de nuevo me he equivocado, ¿Acaso es posible que pase dos veces? Aún estoy a su lado sin decir nada mientras ella fuma antes de entrar a clases.

— ¿Quieres intentarlo? — Ahí iba de nuevo, esa sonrisa que hacía que mi corazón se me saliera del pecho y como si mi cuerpo se mandara solo acepte.

Fue así como también descubrí que aquello calmaba algunas sensaciones en mi y esta vez, no tosí como loca.

— Irin...

— ¿Mhm?

— Me gustas

El silencio podía matarme dentro de poco pero la respuesta que obtuve fue un pequeño beso en mis labios.

Cuando salí con Irin fue cuando empecé a fumar para calmar mi ansiedad. Ella siempre estaba corriendo y yo trataba de alcanzarla.

Si aún me pongo a pensar, aún puedo sentir su mano agarrando la mía para correr por las calles... es como si estuviera ahí o puede que sea una alucinación por la fiebre.

Aún así, puedo decir que Irin marcó un antes y un después porque hasta mamá Mind la conoció.

Mamá Mind... ha sido la mejor persona que he conocido, porque cuando me echaron de casa y aparecí en su casa con aspecto de vagabunda no dudo en aceptarme, me impulsó a seguir estudiando aunque estaba gastando todo su dinero en mí y... uno de mis recuerdos más preciados...

Es su sonrisa cuando pase a recoger mi título universitario.

Prosiguiendo con mi recuerdo de Irin. Puedo decir que ella me adentró a cosas que no conocía, como los besos pasionales y que días había ofertas de ropa.

Ella fue mi segundo amor.

Pero así como el verano se va... Ella también se fue.

Después de la graduación Irin tomó la decisión de irse a Japón, ella dijo que podíamos seguir con una relación a distancia pero... yo no quería eso.

Fue así como una tarde de verano me despedí de ella en el aeropuerto, y lloré como si no hubiera un mañana, sin embargo, con el tiempo esos sentimientos terminaron.

Pero las manías nunca se fueron.

Ahora que estoy postrada en mi cama esperando el caldo de pollo de mamá Mind, quiero pensar que he crecido y que puedo dejar ir las cosas, que puedo crecer más sin derrumbarme.

Quisiera volver a sentir la sensación del atardecer...

Pero, estoy bien solamente sintiendo la calidez del caldo de pollo.