PECADOR † YOONMIN +18 [Traducción]

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Yoongi iba caminando por la ruta usual que tomaba para llegar a casa,
tomándose su tiempo. Disfrutaba estos cortos pero dulces momentos lejos de su casa. Lejos de todo el dolor que sufría. Incluso en días en los que no le hacían daño, el ambiente en su casa se sentía despiadado. Discusiones con sus padres sobre su apariencia y las veces en que su madre había intentado convencerlo de hacerse una cirugía plástica para arreglar su "horrible cara".

Nada pesaba más en su mente que la constante angustia de que, la que
alguna vez fue su madre cariñosa, despreciara aquello que había traído al mundo.

Yoongi amaba las ocasiones en las que podía caminar a casa en silencio, mirando al cielo color pastel y manteniendo una emoción monótona de dicha pura. Ese sentimiento era uno de los pocos que Yoongi amaba.

Otra cosa que amaba era cómo se sentía cuando estaba rodeado de personas en las que confiaba. Hoseok, su mejor amigo a quien había conocido en el reformatorio al que asistió, era una persona muy amorosa y bondadosa. Muchos días, Yoongi quiso que su vida terminara abruptamente. Sus tendencias suicidas y falta de remordimiento en su propio cuerpo, lo llevaron muy lejos. Usualmente se saltaba comidas y se ponía a sí mismo en situaciones peligrosas. Cualquier cosa que pudiera poner en riesgo su vida, él la hacía.

Una de esas situaciones en particular, le permitieron conocer a Hoseok. Estaba en el piso más alto de su academia durante la noche, caminando por los ladrillos que estaban a la orilla, sin importarle si se inclinaba hacia el borde del techo en severas ocasiones. Con lágrimas en sus ojos, encontró soledad en el aire de la noche mientras el viento golpeteaba su piel. Tal vez es mejor si caigo, pensó.

Se acercó al borde, dejando que la gravedad de aquella noche decidiera su
destino. Había caído hasta el fondo muchas veces debido a su depresión, pero esa noche en particular, no había en su mente ninguna razón para seguir viviendo. Sintió una fuerte ráfaga de viento soplando y, cerrando sus ojos, sonrió mientras sentía su cuerpo estar más cerca de la orilla. El dolor que sentía ya iba a terminarse, pensó.

De repente, fue jalado por alguien, luego lo colocaron sobre el suelo, a salvo de caer.

"¿Qué demonios estás pensando, amigo?" Hoseok le gritaba a Yoongi. "¡Pudiste haber muerto!"

Yoongi le sonrió a Hoseok, pero inmediatamente cascadas de lágrimas
invadieron sus orbes marrones. "Eso era lo que quería. ¿Por qué me quitaste la oportunidad de hacerlo?"

Lloriqueó sobre las palmas de sus manos. Hoseok dejó a un lado su expresión
de enojo para abrazar al chico que había salvado. "Soy tan jodidamente inútil, ¡ya ni siquiera mis padres me aman!" Yoongi gritó mientras lloraba sobre el hombro de Hoseok, y supo desde ese momento, que Yoongi se volvería alguien a quien seguiría cuidando. Su mejor amigo. Su hermano.

Yoongi respiró hondo mientras recordaba esos momentos de su pasado. Se había resentido con Hoseok por mucho tiempo después de aquel evento, pero de alguna manera, superó ese resentimiento y ahora, su amigo se había ganado una gran porción de su respeto. La mentalidad de Yoongi era mucho mejor ahora; sí, aún estaba muy deprimido, pero encontró consuelo en la idea de saber que todo el dolor es temporal. Que no tendría que sufrir por siempre.

Yoongi miraba sus malgastados Adidas mientras caminaba, y recordó otra cosa que lo hacía feliz.

La sonrisa de Jimin.

La hermosa eyesmile del chico le daba esperanza a quien una vez estuvo
perdido, Yoongi. El mayor parecía siempre encontrar las cosas mas preciosas a
su alrededor, esperando por ser descubiertas. El mismo Jimin era un rayo de
luz en un mundo de oscuridad. Yoongi admiraba lo poco egoísta que Jimin
era, siempre se preocupaba por cómo se sentían las personas a su alrededor
en lugar de preocuparse por él mismo.

También odiaba eso.
                                                                                                                                                                                            Nadie merecía un amigo como él.

Yoongi ya no era religioso, pero ver a Jimin casi lo hace volverse a plantear su
perspectiva sobre los ángeles.

¿Fue fácil apegarse a él? Sin duda. 

¿El deseo de estar junto a él parecía poco probable? Absolutamente.

En un mundo perfecto, Yoongi sería parte de la vida de Jimin. Sería el mejor amigo que le prepara café, sólo para ver el alivio en su rostro al saber que no debe preparárselo él mismo. Ambos leerían estúpido Manga Shounen juntos, con una trama tan predecible por la que tienen un placer culposo. Para sobar su espalda cuando regrese adolorido de un largo día de ejercicio porque Jimin seguramente se ejercitaba. Tenía que, para tener aquel cuerpo escultural, pero también porque a Jimin le faltaba confianza en sí mismo.

Pero este era un mundo imperfecto, y Yoongi no necesitaba soñar despierto
con cosas que claramente no iban a pasar.

Llegó a la puerta de su casa finalmente, y entró a pasos silenciosos, esperando evitar un conflicto con sus padres que seguramente no era necesario pero lo harían sólo para discutir con él de nuevo. De inmediato escucha que sus padres estaban teniendo una conversación en la cocina. Se acerca de puntillas a la pared que está cerca de la puerta de la cocina para escuchar a escondidas.

"Sería mucho más fácil para mí aceptarlo si siquiera intentara tener un buen amigo con moral." Yoongi escucha a su madre decir. El rubio podía oír a su padre murmurar en respuesta.

"El problema es que no podemos confiar en cualquiera o él invitará a chicos para tener sexo en nuestra casa." El padre de Yoongi dijo con disgusto. Yoongi mordió su lengua ante lo que dijeron sus padres, que habían demostrado una vez más lo paranoicos que eran. Ser gay no es y nunca ha sido igual a tener relaciones con cualquier persona del mismo sexo cercana a ti. De repente, una idea vino a la cabeza de Yoongi, y a pesar de si era buena o no, el rubio decidió seguir adelante ya que su instinto nunca le había fallado antes. Bueno, casi nunca, con la excepción de la salida del clóset con sus padres. 

Entró a la cocina y le mostró a sus padres una enorme y falsa sonrisa. Ambos lo miraron con muecas de desconcierto. "¿Por qué estás tan sonriente?" El padre de Yoongi le preguntó, como si ver a su hijo feliz realmente fuera preocupante.

"Bueno, escuché su conversación por accidente." Yoongi mencionó.

"Es muy grosero ser entrometido, Yoongi." Su madre lo regañó. Su hijo le sonrió y se sentó en la silla a su lado.

"Sólo pensé," Yoongi miró hacia las luces del comedor. "que estarían felices de saber que hice un amigo recientemente. Uno que ustedes van a aprobar."

Sus padres intercambiaron miradas.

"¿Quién en este mundo será lo suficientemente confiable como para que te
dejemos salir con él?" Su madre preguntó, dudando de los motivos de su hijo. Yoongi miró a su madre y sonrió de lado.

"Nada más ni nada menos que el chico con el que voy a la iglesia y que se
sienta a mi lado." El rubio sonrió. "Park Jimin."