04. Justin on the Mirror

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Regla número 4: no le mires a la cara.

Regla número 4: no le mires a la cara

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DÍA CINCO.

16 de marzo de 2007

Los baños del campo son, para decirlo de la forma más sencilla posible, repugnantes. Los grifos tienen moho y ya se acabó el jabón. Huele a retrete y el suelo está sucio de sustancias no identificables. Normalmente, Courtney evita los baños tanto como sea posible. No los usa a menos que esté desesperada por ir al baño o que su cabello esté demasiado grasoso.

Esta noche, cuando el reloj marca la medianoche, no necesita ir al baño. Su cabello está perfectamente limpio. En cambio, sujeta el cabello de Katie hacia atrás mientras se inclina y vomita en el inodoro. Ella tiembla y se ahoga con los sollozos mientras vacía su estómago en el recipiente. Se agarra a los costados mientras Courtney le frota la espalda y se quita el cabello sudoroso de la cara.

Courtney se arrodilla en el suelo. —Vamos, —Susurra suavemente. —Está bien.

Pero no lo es. No está bien. Tener que ver cómo los lobos matan brutalmente a tu mejor amigo mientras tú no puedes hacer nada más que mirarlo, no está bien.

—¿P-por qué ella? ¿Porqué ella? —Katie se lamenta. Se deja caer y se apoya en Courtney, con la cabeza colgando sobre su hombro.

—Lo sé. Lo sé.

—¡Yo-yo la dejé! —Llora, cubriéndose la cara con manos temblorosas. —¡Intenté ayudarla y luego ni siquiera intenté tomar su mano otra vez y no hice nada para salvarla!

—No podrías haber hecho nada —Dice Courtney suavemente. —No podrías haber hecho nada, sino también te habrían matado.

—Bien —Solloza. —¡Bien!

—Katie, no digas eso —Advierte Courtney, frotando el hombro de Katie. Cualquier cosa, cualquier cosa para calmarla.

—No puedo vivir sin ella. No-no puedo. —Su respiración se atasca en su garganta mientras los sollozos la alcanzan de nuevo. Se le pone la piel de gallina y a Courtney le da náuseas ver a una niña que alguna vez fue feliz convertirse en una persona completamente diferente en menos de una hora.

—No puedo hacer esto sola —Susurra Katie con voz ronca. —Oh, Dios, no puedo hacer esto sola.

—No estás sola.

—Si lo estoy.

—Si lo estoy

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death cast;; [Island of the Slaughter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora