death cast;; [Island of the Slaughter]

05. Big Smile Beth

Regla número 5: una vez que la veas, no te des la vuelta.

DÍA DIEZ.

21 de marzo de 2007

Cody mira fijamente el lago Wawanakwa, todo su cuerpo temblando. Detrás de él puede escuchar los gritos desgarradores de Trent, los suaves llantos de algunas chicas y los sollozos angustiados de Harold. Cody se estremece, parpadea y las lágrimas ruedan por sus mejillas. Se tapa la boca con la mano y entrecierra los ojos con pena.

Escucha pasos detrás de él y resopla, sus hombros tiemblan.

—Cody —Dice una voz nasal detrás de él.

Cody no se da vuelta, pero sabe quién le está hablando. Noah se detiene al lado de Cody y lo mira.

—No voy a atacarte por enojarte, a pesar de que lo hiciste. —Noah se ríe suavemente y mira a Cody por el rabillo del ojo.

Las palabras de Noah sólo hacen que Cody llore más fuerte.

—Oh, oh, mierda, no quería molestarte más —Tartamudea Noah. Temblorosamente levanta un brazo y lentamente lo baja alrededor de los hombros de Cody. La incomodidad florece en la boca de su estómago, pero Noah la hace a un lado, mordiéndose el labio.

—¿Por qué él? —Cody solloza. —¿Por qué tenía que ser él? Yo-dijimos que íbamos a cuidarnos el uno al otro... él estaba justo detrás de mí, y ni siquiera me di cuenta cuando se había ido. —Se cubre la cara con las manos.

—No. No, Cody, no puedes hacerte eso a ti mismo. —Aprieta su mano sobre el hombro de Cody. —No fue tu culpa.

—Lo fue- 

—No, no lo fue. No es tu culpa que un maldito psicópata atacara a Justin. Lo que le pasó no es culpa tuya.

—Pero él era mi amigo.

—Lo sé.

Cody se estremece de nuevo, respirando hacia adentro y alejando las manos de su rostro rojo y lleno de manchas. Se seca las lágrimas con manos temblorosas, pero sus ojos todavía están inyectados en sangre.

—Quiero ir a casa —Susurra Cody, con los ojos todavía llenos de lágrimas. —Dios, quiero volver a casa.

—Sí —Murmura Noah. Al darse cuenta de lo nostálgico que siente, se le revuelve el estómago. —Quiero volver a ver a mi familia. Decirles cuánto los amo.

—Serás capaz. Cuando nos rescaten, podrás decírselo.

Noah suspira. Se pasa una mano por el cabello y algunos mechones caen frente a sus ojos. Cody siente una repentina necesidad de meter los mechones detrás de las orejas de Noah. Él lo ignora y su estómago se revuelve.