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— Gracias mamá.

Respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

Valerin tomo la mano del pequeño y lo dejo a cargo de uno de los encargados del lugar.

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En el lugar había demasiada gente, cosa que estresaba de más al pobre moreno.

Valerin miraba como su pequeño esperaba en la entrada, de seguro y estaba a la espera de un rubio con personalidad de Golden retriever.

— Mi niño... Porque no mejor vas a comer algo?

Pregunto viendo como la coleta que le había hecho se iba desarmado poco a poco.

— Prefiero esperar a Ambrosius...

Respondió sin apartar la vista de la entrada del salón.

La mujer suspiro y se fue resignada. Le pidió a un mayordomo que no perdiera de vista al los jóvenes.

Media hora paso el rubio nada que llegaba, Ballister decidió irse del lugar. Si no estaba su amigo no tenía nada que hacer en el lugar.

Mientras iba caminando se topo con Todd al verlo se escondió.

— Ese niño, debería estar por acá. Si lo encuentran avísenme, tengo cuentas pendientes con el...

Ballister se erizo al escuchar como el castaño hablaba de el, despacio salía de su escondite para no ser visto por el molesto niño.

Lo malo?, lo malo fue que se tropezó con la alfombra que estaba alrededor de la planta. El ruido llamo la atención del castaño, y al ver de quién se trataba fue corriendo en la dirección del moreno.

— Te encontré Bally!

Grito el castaño acelerado su paso.

— Cállate idiota! Solo Ambrosius me puede llamar de esa manera!

Grito corriendo lo más rápido que podía.

Por suerte el moreno estaba ventaja, al vivir en el palacio sabía exactamente dónde esconderse.

— No querés ser un caballero?! No huyas y enfrentame!

Grito Todd ya cansado de estar persiguiendo al joven de pelo negro, se detuvo a recuperar el aliento.

— Juro que si te vuelvo a ver no te salvarás!!

Hablo súper fuerte para ver si el moreno escuchaba su amenaza.

Ballister por su lado está en un rincón oculto, el miedo de volver a ver a ese niño lo invadía. No sabía que hacer al respecto, talvez si hacía lo que el castaño le decía lo dejaría en paz.

Estuvo un buen rato sentado en aquel rincón, limpio un poco las lágrimas que se le habían escapado. Suspiro y se levantó.

Camino hasta su habitación se tiró en su cama, no sabía que hacer, podía dibujar, jugar o ya de por sí irse a dormir.

Un llamado a la puerta lo detuvo de ponerse el pijama.

— Perdón por el retraso!

Grito aún sin poder respirar bien.

— Ambrosius!

Dijo abrazando al rubio.

🌸Memorias🌸/ Pausada Por Bloqueo Creativo En Esta Historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora