¿Enamorarte de tu mejor amigo? No lo recomiendo [Gadri]

The End

Nunca pensé llegar a tenerle ¿rencor o celos? A alguien que verdaderamente nunca pude conocer.

Pero es que simplemente ella me quitó todo lo que quería, ver cómo Pedro le dedicaba goles, cómo bajaba a celebrar partidos, títulos o simplemente se acercaba a besarla cuando ella estaba en la grada.

Ya yo lo sabía, que las heridas de su amor me dolerían por el resto de la vida por el simple hecho de que aposté demasiado y perdí todo.

Sabía que no tenía que pensar en él, por qué él, sin importarle nada, había rehecho su vida sin voltear atrás. Seguíamos jugando como siempre pero no había conexión. Las jugadas coordinadas con los toques del dúo mágico no existían.

Mientras en cambio, las ofertas por mi persona para jugar en otros equipos seguían llegando, desde la partida de Xavi todo había cambiado. Si bien el proyecto del nuevo Barça estaba siendo un éxito, no sentía lo mismo, simplemente no era lo mismo.

Algo era claro en medio de todas estas emociones encontradas, una cosa era clara: tenía que encontrar una manera de sanar las heridas del pasado y seguir adelante, ya sea en el Barça o en otro lugar. La decisión no sería fácil, pero sabía que era hora de enfrentarla y tomar el control de mi propio destino. Era mi vida y no podía seguir dejando que todo esto me afectara.

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Cuando menos lo esperé, el Barcelona y el Manchester City tenían un trato. Despedirme no fue un trabajo fácil y, a decir verdad, lo que más me costó fue mi otra mitad, Fermín. Me reclamó hasta el cansancio e incluso dejó de hablarme, pero al final de todo me dio su aprobación.

La charla con mis padres también fue bastante emotiva, pero al ser medianamente un adulto de 20 años, ya no podían hacer más que apoyarme. Sabían que era necesario y no me dejarían caer.

Verlo en mi último entrenamiento y mi despedida fue lo que más me rompía el corazón, no tuve ni una sola mirada de su parte.

—Solamente me queda agradecer a cada uno de ustedes por todo lo que me han ayudado y todo el amor que he recibido, han sido mi familia desde que tengo 16.– Tomé un suspiro amplio para intentar retrasar las lágrimas —Son y siempre serán parte fundamental en todo. No tengo nada más que decir ni agradeces que no sea Visca Barça.

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Adaptarme a la vida en Manchester estaba resultando más desafiante de lo que había anticipado inicialmente. Todo era nuevo: el clima, la cultura, el equipo de fútbol y, sobre todo, la distancia de mis seres queridos en Barcelona. Sin embargo, entre todos estos cambios, había una luz brillante en mi día a día: Julián Álvarez.

Julián era uno de mis compañeros de equipo en el Manchester City, y desde el primer día en el entrenamiento, mostró una calidez y una amabilidad que me sorprendieron gratamente. A pesar de nuestras diferencias culturales y lingüísticas, encontramos una conexión instantánea en el campo de fútbol.

Nuestros entrenamientos juntos se convirtieron en momentos de diversión y camaradería. A pesar de que ambos éramos bastante tímidos al principio, obvio por que no nos conocíamos, tal vez solo de un hola y adiós pero Julián tenía una forma especial de romper el hielo con ese sentido del humor argentino y su actitud positiva. Pronto nos encontrábamos riendo juntos después de cada sesión de entrenamiento, compartiendo historias y bromas mientras nos preparábamos para enfrentar los desafíos que nos esperaban en la cancha.

Respecto a Guardiola, que belleza de entrenador a decir verdad ahora entendía por que a Xavi siempre lo inspiró a seguir. Pero volviendo a Julián lo que más apreciaba del argentino era su genuina amistad y su disposición para ayudarme a adaptarme a la vida en Manchester. Desde mostrarme los mejores lugares para comer en la ciudad hasta darme consejos sobre cómo lidiar con el clima británico, Julián estaba siempre ahí para mí.

Con el tiempo, nuestra amistad se fortaleció más allá del campo de fútbol. Empezamos a pasar tiempo juntos fuera de los entrenamientos, me presento a su novia, explorando la ciudad y compartiendo nuestras experiencias. Sin mencionar que sin querer me recordó que eran campeones del mundo 10 veces. Ignorando el hecho del mundial próximo claro

Pero volviendo a mi, a medida que me sumergía más en la vida en Manchester, me di cuenta de lo afortunado que era de tener a Julián como amigo y compañero de equipo. Su apoyo incondicional me ayudó a superar los momentos difíciles de la adaptación y a encontrar un sentido de pertenencia en mi nuevo hogar lejos de casa.

Dest 🪻.