Capítulo 25

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Lo primero que notó Ace al despertarse fue un fuerte dolor de cabeza, y lo segundo, un punzante dolor en el culo. Lentamente, abrió los ojos, entrecerrando los ojos contra la luz que caía a través de las cortinas. Cierto, estaba en la antigua habitación de Marco. Eso explicaba el hecho de que estuviera tumbado en el borde de la cama: era mucho más pequeña que la cama de matrimonio que Marco tenía en su propia casa.

Hablando de Marco, Ace notó que un brazo le rodeaba el cuerpo y se dio media vuelta. Marco estaba tumbado a su lado, con los ojos cerrados y respirando con regularidad. Ace sonrió. Era una de las primeras veces que se despertaba antes que Marco. Por otra parte, Marco había estado bastante borracho la noche anterior...

...Cierto.

La noche anterior, Ace había descubierto que Marco era un borracho cachondo -no es que le hubiera importado lo más mínimo-, lo que acabó con ellos teniendo sexo en la antigua habitación de Marco -y de Thatch, recordaba Ace, aunque la cama contigua a la que estaba tumbado parecía intacta-, y Marco había estado sorprendentemente hablador durante el sexo. Diablos, había estado más hablador que en un día normal. Y Ace había descubierto que le gustaba mucho que Marco hablara durante el sexo. Podría haberse excitado si Marco hubiera estado hablando del tiempo con esa voz profunda y cargada de sexo. Pero no lo había hecho. Marco había hablado de Ace. De lo mucho que le gustaba, no, amaba partes de él.

Desde la confesión de Marco en el juicio -y una corazonada incluso antes de eso-, Ace no había tenido ninguna duda de que a Marco le encantaba su culo y, después de eso, Marco lo había demostrado una y otra vez. Así que, cuando Marco había empezado diciéndole eso, Ace había supuesto que sólo eran balbuceos de borracho porque Marco se había hecho una bola muy dentro de él. Pero cuando continuó y pasó del sexo duro al amor a mitad de camino, Ace empezó a dudar de que fuera una charla sin sentido. ¿No se suponía que los borrachos eran más sinceros? Marco había seguido y seguido, hasta que Ace se corrió, y había dicho esas palabras. Esas dos palabras que nadie le había dicho nunca a Ace.

"Te amo".

Marco lo amaba. Tampoco había sido una exclamación de amor de un borracho, Ace estaba seguro de ello. ¿Por qué si no esperar a que tuviera su orgasmo? Se suponía que no debía oírlo.

Recordar aquellas palabras hizo que algo se agitara en su estómago. Era extraño oír a alguien decirlo. Sabía que Luffy lo amaba, pero su hermano sólo le declaraba su amor a la carne. El abuelo también le quería, probablemente, aunque tenía su propia forma de demostrarlo. Sus amigos también le querían, pero nadie se lo había dicho nunca. No así.

La idea de que alguien le quisiera, todo de él, le hacía sonreír a pesar del dolor de cabeza y de culo. Ya se le pasaría.

Pero, de repente, se dio cuenta de algo. Una cosa era que Marco le quisiera, pero ¿él amaba a Marco?

Estaba loco por él, claro. Marco era uno de los hombres más guapos que había conocido, sexy, estupendo en la cama, divertido, inteligente... Así que sí, a Ace le gustaba mucho, pero ¿cómo sabía si le amaba?

Necesitaba pensar y también una ducha. Decidió combinar ambas cosas, se quitó la manta de encima y se sentó en la cama.

Justo cuando estaba a punto de levantarse, el brazo que le rodeaba la cintura le agarró con más fuerza e intentó volver a meterle en la cama.

"Todavía no", dijo una voz somnolienta.

El corazón de Ace latía con fuerza cuando lo volvieron a meter bajo la manta y Marco se acurrucó contra él. Aún no estaba preparado para enfrentarse a Marco -en sentido figurado, ya que estaba tumbado con la espalda apoyada en el pecho de Marco-, aunque probablemente Marco no recordaría haberlo dicho y, si lo hacía, probablemente asumiría que Ace no le había oído o que él mismo lo había olvidado.

Renacer en Fuego - MaraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora