Capítulo 23

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"¡Luffy, date prisa! Tenemos que irnos!" Ace caminaba arriba y abajo delante de su moto, esperando a su hermano. Era el fin de semana siguiente al cumpleaños de Marco, el día de la gran fiesta en casa de Barbablanca, y Ace mentiría si dijera que no estaba nervioso. Sin duda, todos los hermanos con los que había hablado le habían convencido de que su "papá" lo adoraría, pero aún así iba a conocer al padre de su novio, y ése era un gran paso en su relación. Ace casi resopló ante ese pensamiento. Marco había recibido un balazo por él, nada menos que en su propio cumpleaños, pero conocer a su padre ponía nervioso a Ace. En realidad, era una tontería.

Después de que Marco volviera de que le curaran el brazo tras el tiroteo, la policía también había hablado con él, pero al final no habían atrapado al francotirador, lo que hizo que Ace se pusiera un poco paranoico. Hacía tiempo que no le atacaban, aparte del incidente de la tarta envenenada. Pero esta vez no habían atrapado al culpable, así que Ace esperaba que se repitiera en cualquier momento. Después de todo, ¿cómo podía saber el tirador que estaban en el restaurante, si no los había seguido hasta allí?

Sin embargo, Marco se negaba a romper con Ace, lo que le alegraba y entristecía al mismo tiempo. Feliz por razones obvias, porque le gustaba de verdad, pero triste porque no quería poner en peligro a Marco. Pero tampoco quería que Luffy temiera nada, lo que le dejaba indeciso. Si rompía con Marco, su hermano podría convertirse en un objetivo, y Ace nunca se lo perdonaría si algo le ocurriera a Luffy. Por otra parte, lo mismo ocurría con Marco, pero al menos Marco conocía el peligro. En definitiva, estaba lejos de ser una situación ideal.

"¡Luffy!", volvió a llamar, y, finalmente, su hermano apareció, masticando un bocadillo. Parecía emocionado, incluso más que Ace. Los hermanos Barbablanca le habían dicho a Ace que invitara a quien quisiera, pero le parecía un poco raro invitar a sus amigos, que sólo conocían a Marco y ni siquiera tan bien.

Sin embargo, en cuanto había oído la palabra "barbacoa", Luffy se había autoinvitado antes de que Ace tuviera la oportunidad de hacerlo. Marco había sonreído cuando Ace le había preguntado si le parecía bien invitar a su hermano, diciéndole que no había nada que su abuelo valorara más que la familia, así que le encantaría conocer también a la de Ace.

Luffy se metió el resto del bocadillo en la boca y sonrió mientras masticaba cuando Ace le entregó un casco. Irían en moto a la casa antes de que empezara la fiesta propiamente dicha, para ayudar con la decoración. Marco llegaría con Izo un poco más tarde; como era su cumpleaños, no tendrían que ayudar. Pasarían la tarde solos con los hermanos, Ace y algunos amigos y harían una barbacoa, y después llegarían los demás invitados y empezaría la fiesta propiamente dicha.

Marco le había dado la dirección a Ace, y el viaje era bastante largo. Pero a él no le importaba. Desde que tomaba una buena medicación para la narcolepsia, no tenía que preocuparse de quedarse dormido al azar, así que podía conducir distancias más largas sin miedo. Hoy sería el primer viaje más largo que iría al trabajo o a ver a uno de sus amigos.

Ace balanceó una pierna sobre la moto y se colocó el casco en la cabeza. Esperó a que Luffy subiera a la parte trasera y le rodeara la cintura con los brazos, antes de encender el motor y ponerse en marcha.

El viaje no fue tan emocionante, pero a Ace siempre le gustó la libertad que le daba una moto. En la autopista, podía zigzaguear entre los coches y no meterse nunca en un atasco. El abuelo le había prohibido explícitamente que aprendiera a conducir un coche, porque, razonaba el abuelo, si Ace se quedaba dormido al volante de un coche, era más probable que hiriera a la gente, y más al mismo tiempo, de lo que lo haría en una moto. De todos modos, Ace nunca vio el atractivo de poder conducir un coche, aunque, se dio cuenta, con su medicación podría sacarse el carné de conducir, en teoría. Luffy tampoco sabía conducir, pero siempre pensó que Ace era guay en moto.

Renacer en Fuego - MaraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora