8. Extra #1

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Día de chalecos.

"Otro más para la pila, jajaja"

(...)

Hay cosas en la vida que valen más que el dinero.

Recuerdos, familia, amistades...

Las memorias que tengo de mi vida son una mierda, mi familia murió en una explosión termonuclear hace una década y todos mis amigos están y seguirán muertos.

No me queda nada más.

Es por eso que necesito dinero.

Si voy a seguir viviendo en este pedazo de mierda en el que se convirtió el mundo, pues maldita sea, haré que sea la estadía más cómoda posible.

Necesito hacerme rico.

Sí, sí...

Es por eso que tomé la estúpida tarea de traer un montón de estúpidos chalecos y una estúpida barra de chocolate para los estúpidos contrabandistas a las afueras de Moscú.

Dijeron que alguien los necesitaba y que era de absoluta prioridad realizar este pedido, pero no me importaron ninguna de las dos razones, sino la paga.

Un jodido millón de rublos.

No es... mucho, pero sin duda con eso puedo comprarme bastantes comodidades.

Sí...

Tampoco es como si tuviera nada mejor que hacer... literalmente lo único que hacía hasta ahora era pedir limosnas en uno de los nuevos asentamientos subterráneos del metro de Moscú.

Hmpf, no sirve de nada recordar eso ahora, lo que importa es que ya estoy fuera de ese agujero de rata y por fin puedo respirar aire libre.

Bueno, no tanto aire libre... más como, aire del filtro de la máscara de gas que robé de la armería.

Bah, no es como si fuese a volver ahí, de seguro se olvidarán de aquí en unos días.

Y ojalá también me perdonen haberme llevado ese Mosin con mira PU y silenciador.

Mejor no volver allí...

No es como si hubiera muchos lugares para vivir tampoco, el resto de Europa es una zona de guerra en estos momentos.

Aunque, si me dieran a elegir, prefiero los bandidos y mutantes al maldito ejército ultranacionalista ruso o los jodidos occidentales.

Esos tipos me dan escalofríos...

Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos, necesito concentrarme.

Ahora mismo me encontraba caminando por las calles de Moscú, más que todo las partes alejadas del centro y el Kremlin en sí, ya que esos lugares estaban infestados de saqueadores fuertemente armados y bestias horrorosas que acechan las ruinas de la ciudad.

Me agaché junto a un árbol muerto y observé de izquierda a derecha a la calle vacía en mi delante.

Había uno que otro auto desbaratado, incluso un BTR destruido, pero no había ningún signo de que alguien esté vigilando este lugar.

La suerte está de mi lado hoy.

Respiré hondo y me armé de valor.

Todo o nada, supongo.

Me puse de pie y caminé hacia el complejo de apartamentos de 7 pisos al final de la calle, mis botas hundiéndose en la nieve acumulada sobre el asfalto y concreto. Sin duda un producto de la catástrofe nuclear, un invierno infinito.

¿Está mal explorar un lugar completamente diferente a la Zona?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora