¿Cómo sigues adelante cuando el dolor te consume y la culpa te ahoga?
Clara Clark vive atrapada en un abismo de sufrimiento y dudas. Un accidente del pasado, que no causó ella pero no puede demostrar, ha marcado su vida de manera irreversible. La cu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rose
Llego a casa más tranquila, después de leer la carta que el enmascarado me dejó, aunque no vi a nadie en el estacionamiento, podía sentir que alguien me seguía.
Siento que ya no puedo estar tranquila, mi plan se acabó hace cinco años, todo estaba tranquilo, pero se me salió de las manos.
Entro por la puerta trasera que conecta con la cocina.
Lo primero que veo al entrar es a Violet cocinando, ella trabajó para mi hermana desde que se casó con Alec y siempre ha sido fiel.
—Buenas tardes, señora— me saluda—. Pronto la comida estará lista.
—Buenas tardes, Violet— le respondo amablemente—. Está bien, en unos minutos bajo a comer, estaré en mi habitación y espero que nadie me moleste.
—Está bien, señora como usted ordene—me responde y continua con lo suyo.
Yo por otro lado me dirijo hacia mi habitación que está en el segundo piso, paso frente a la habitación de Clara y como siempre veo que la puerta está cerrada con seguro.
No me preocupo por eso, ya me acostumbré a que ella sea así.
Llego hasta mi habitación y cierro la puerta con seguro también, quiero ver que tiene la misteriosa caja que me dejó el enmascarado en dúo con esa horrible carta.
Camino hasta la cama y me siento en ella con la caja frente a mi.
Lo primero que veo al abrir la caja son seis fotos: La primera es mi sobrina Clara viendo a la ventana tenía un vestido azul de flores, ese día fue el aniversario de la muerte de sus padres.
No veo nada malo en la foto más que la tristeza de Clara.
La segunda foto es mía saliendo de la empresa, a veces siento que me espían, pero no pensé que me tomarían fotos.
La tercera es una de Clara y yo saliendo del hospital, ese fue el día que llevé a Clara por primera vez al psicólogo.
La cuarta es una foto de la psicóloga de Clara saliendo del hospital.
¿Será que ya sabe la verdad? Esto no puede estarme pasando.
La quinta foto es de mi auto pintado de rojo.
Ya que termino de ver las fotos pongo todo a un lado para terminar de ver la caja.
Hay otra carta que abro rápidamente comenzando a leer.
Querida hermana:
Ya te diste cuenta de que estoy pendiente a todo lo qué haces, no pudiste acabar conmigo. Felicidades por todo lo que lograste utilizando mentiras. Ya sé todo lo que le haces a mi hija y déjame decirte que eres la persona más mala qué hay en esta vida, pero no la más inteligente.
Recuerda algo...
Tengo ojos en todos lados.
Con mucho amor: El enmascarado.
Tocan la puerta de mi habitación y rápidamente guardo las cartas y las fotografías en la caja para esconderlas bajo de mi cama.
—Señora, el señor Evans está en la sala esperándola— es Violet la que toca la puerta.
Dios, casi me da algo.
—Es-ta bien, Violet— mi voz sale temblorosa—. Gracias por avisar, bajo enseguida.
Corro hasta el baño de mi cuarto para lavarme la cara con agua fría para ver si esto no es una maldita pesadilla, levanto la mirada y me veo en el espejo, estoy muy pálida.
Joder, tengo que tranquilizarme.
Luego de un par segundos más, me tranquilizo y salgo de mi habitación hacia la sala donde me esperan.
Lo primero que veo es a Evans sentado en el Sofá.
—Hola, señora Clark— me saluda con una gran sonrisa.
Evans es un hombre bastante guapo. Es moreno, ojos rasgados, nariz mediana perfilada, cejas un poco gruesas, de estatura alta, cabello castaño oscuro y ojos verdes.
Siempre lleva puesto un traje negro impecable.
—Buenas tardes, Evans. Tiempo sin verte, ¿Qué tal? — le sonrío coquetamente—. ¿Ya conseguiste alguien para el trabajo? Ya sabes, cuidar de Clara es muy importante.
El me devuelve la sonrisa y asiente con la cabeza y me entrega una carpeta donde muestra toda la información del nuevo guardaespaldas de mi sobrina.
—Sí, Señora Clark— sonríe acomodando su traje—. Su nombre es Marcus Williams Torres, tiene diecinueve años, nació en Los Ángeles, pero vive desde pequeño en México.
Si Evans dice que está capacitado, es porque lo está.
—¿Cuando llega a Alemania?— le pregunto para ya acabar con la conversación.
—Marcus llegara hoy mismo a Alemania, mi señora.
Hoy mi sobrina tiene nuevo guardaespaldas.
Finalmente, buenas noticias.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.