Capitulo 16

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Jude

Odio esto, ¿por qué tuvo que volver Elia justo cuando había decidido por fin olvidarla y dejarla ir?

¿Cómo pudo tener la cara de volver a mi casa como si nada hubiera pasado entre nosotros?

Desde que dejé Barcelona ese día, traté de mil formas en no pensar sobre lo que ocurrió y empecé a entrenar y trabajar como un loco para distraerme, pero no pude. Da igual cuánto tiempo me dedique al fútbol, seguía sin poder sacarme la figura de la italiana de mi cabeza.

Y es ahí es cuando me di cuenta de que lo mío con Elia no fue nada pasajero, no fue como todas aquellas relaciones que tuve con otras mujeres que no duraban ni un mes. Esta vez fue distinto, me acabé enamorando de verdad y ese fue el gran fallo que cometí. Pensé que Elia sentía lo mismo por mí, por la forma en cómo me trataba y sobre todo, en cómo me miraba. Pero me olvidé por completo que todo era falso desde el principio, nuestra relación fue inventada y falsificada desde el comienzo. 

Nada fue real.

Pasé semanas sintiéndome vacío, como si me faltara algo por dentro. Y es en ese momento cuando vino Leah de vacaciones a Madrid. 

Con ella me sentía bien, dejaba de pensar en todo lo pasado. La presencia de Leah me calmaba la mente.

Así que me juré a mí mismo, que iba a dejar ir a Elia. 

Si ella realmente es feliz junto a Pedri, aunque no la llegue a comprender del todo, respetaré su decisión. Y yo, seguiré con mi vida tratando esos 3 meses como si fuera un sueño bonito del cual ya me he despertado.

Pero, el final no ha salido como yo quería.

Elia había vuelto a Madrid.

Aurelia

No sé a dónde ir, siento que no pertenezco a ningún lugar. No puedo volver a Barcelona, y tampoco puedo quedarme en Madrid ya que aquí ya nadie me necesita, y sería un estorbo para mi abuelo.

¿Pero a dónde más podría ir?

Solo tengo a mi abuelo.

Pasé los últimos días desde que vine de Barcelona metido en la casa de mi abuelo sin salir a la calle, tenía miedo de los periodistas.

Traté de llamar a Balde varias veces pero éste no contestaba a las llamadas y paré de recibir mensajes de Pedri también. Todo me parecía tan extraño. 

Cogí el móvil mientras me sentaba en el sofá, busqué noticias de Pedri y de Balde por Internet y tampoco había nada fuera de lo normal, ambos seguían yendo a entrenamientos y a sus partidos con el equipo. 

Seguí deslizando en busca de alguna noticia que me llamara la atención de los dos futbolistas y mi dedo paró cuando un título en concreto captó mi atención.

"Posible ruptura de Pedri y Aurelia una vez más"

Entré a la noticia con el corazón encogido y empecé a leer el artículo. 

Eran todas simples suposiciones por parte de los periodistas sin aportar ninguna prueba sólida, se basaban la sospecha en que últimamente no salgo públicamente con el canario, además de que ya no asisto a sus partidos.

Pero lo realmente importante de ese artículo era su último párrafo.

"...el futbolista madridista, Jude Bellingham, quien fue a su vez la expareja de la italiana, se le vió en la última semana repetidas veces públicamente junto con una mujer rubia teniendo citas a solas, ¿habrá sido la italiana reemplazada por esta belleza rubia?"

Al acabar de leer ese artículo, sentí unas náuseas repentinas proviniendo de mi estómago y corrí hacia el baño, donde vomité toda la comida que había digerido ese día. Al terminar no tenía más fuerzas de permanecer en pie así que me senté en el suelo del baño cubriendo mi cara con mis manos. Me sentía fatal. Quería llorar pero las lágrimas ya no me salían.

Todo fue mi culpa.

Podría haberlo tenido todo con Jude, pero lo arruiné yo misma.

Me odio a mí misma.

Ancelotti

Tras un largo día en el campo con los futbolistas, llegué por fin a casa donde me esperaba Elia.

Desde que volvió de Barcelona, Elia dejó de ser la misma de antes. Solía ser una niña alegre y cariñosa que siempre estaba sonriendo, pero desde de lo sucedido rara vez sonríe, y tampoco se le notaba ya la energía que llevaba encima antes.

Me partía el corazón verla así.

- ¿Elia? Ya volví - grité para hacer saber a la pobre que su abuelo ya había vuelto, ya que nadie estaba por el salón, así que supuse que tendría que estar en su habitación.

Escuché la puerta del baño abrirse donde unos instantes más tarde salió Elia con la cara pálida.

- Hola abuelo - dijo con una voz débil.

- ¿Estás bien Elia? te veo muy pálida - pregunté preocupado.

- Sisi, no te preocupes abuelo, solo me duele un poco la barriga, me habrá sentado mal la comida - contestó con una sonrisa falsada.

- ¿Estás segura? te llevo al hospital - insistí. Obviamente era una excusa todo lo que decía la joven.

- Sí abuelo estoy bien, iré a dormir un poco, estoy muy cansada lo siento - soltó antes de voltearse e ir hacia su habitación.

No pude hacer nada. No quiero obligar a la joven a contarme sus preocupaciones si ella no quiere. Pero tampoco quiero verla destrozada, tengo que hacer algo para que esto mejore.

Hoy en el entrenamiento traté de hablar del tema con Jude, pero cada vez que soltaba algo de lo sucedido, el inglés ponía excusas y se alejaba. Se notaba de lejos que no quería hablar de ello, por lo que no insistí más.

...

Tras una media hora, entré a la habitación de Elia, quien actuaba estar dormida.

- Elia- la llamé mientras me sentaba en un costado.

No recibí respuesta ninguna.

- Elia, no quiero verte así destrozada, debes salir por lo menos un poco a la calle. Mañana hay un partido en el Bernabéu, ¿quieres venir? Estarás en la zona VIP así que no habrá periodistas ni nadie que te vaya a molestar. Solo quiero que despejes un poco la mente ¿vale? - dije con una voz suave.

- Abuelo, no quiero ir, y sabes muy bien el porqué - respondió por fin la joven con la voz rota.

- Vale mi niña, no te obligo, llegaré mañana muy tarde a casa así que cuídate y come bien - solté  y salí de la habitación cerrando la puerta.

Era obvio que Elia no quería ver a Jude, menos a Jude con otra mujer.




↱𝙋𝙧𝙚𝙙𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙖𝙙𝙤𝙨↲ - 𝘑𝘶𝘥𝘦 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘪𝘯𝘨𝘩𝘢𝘮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora