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Pov's Sofía

Tom y yo escuchamos absolutamente toda la noche los gemidos de Estefania follando con bill, el pelinegro también jadeaba pero no tanto como ella, a estefania le dieron fuerte.

Yo y el de trenzas cada que escuchábamos un gemido fuerte, nos sorprendiamos por lo fuerte que estaría dándole Bill, y al final nos reíamos con tan solo vernos. Y por primera vez, me sentía feliz.

El fin, el y yo no pudimos dormir en casi toda la noche, hasta que estos tipos terminaron de coger, que no fue hasta las cuatro de la mañana, y empezaron a las diez en punto, estuvieron seis putas horas cogiendo.

Después de mucho rato, el primero que se levantó fue Tom, para después empezar a cambiarse, y ponerse su típica ropa holgada.

Me levanté junto con el, y como la crema mágica de los moretones era cara, funcionaba mejor, y ya no tenía las estupidas marcas en mis piernas, y podía mostrarlas, así que me puse una falda, y una camisa holgada, no tan larga, amarrada por detrás, quedando corta. Unos zapatos blancos, nike, que me había comprado jaden.

-¿Quien te compro esos zapatos? estoy seguro que ese no fui yo.- Solto serio Tom, acercándose a mi, mientras se ponía una cinta negra al rededor de su frente, mientras me veía fijamente, me estaba poniendo nerviosa.

-Me...las compro...Jaden..- dije en mi mayor intento de no parecer nerviosa, este asintio con la mandíbula tensa, abrió la puerta y salió de la habitación.

Baje las escaleras, y lo primero que vi fue a Bill y a Estefania sentados en la mesa de la cocina tomando cereal, como si no se hubiesen follado hasta decir ya basta.

Tom estaba ahí junto a ellos, sentado en frente de Estefania, esta lo miraba con vergüenza, pero a la vez le sonreía de manera extraña.

Me senté en la mesa al lado de Tom, este por inercia se rodó al lado contrario, al parecer estaba molesto. Rode su silla cerca de la mía, y monte mis piernas en las suyas, el personal de Tom me estaba haciendo un cereal a mi gusto. Cuando ya estaba listo, con la mano izquierda comía, y con la otra tocaba la entrepierna de Tom, me veía con cara pícara, a lo que sonreí.

-Hermano, lo siento por el ruido que hicimos anoche, se que nos advertiste pero no soportamos- bromeo bill, haciendo que Tom ría un poco

-Si, lo siento Tom, es que...La tentación mata, ya sabes- Estefanía le guiño un ojo, queriendo llegar al otro sentido. Este lo entendió rápidamente y Carcajeo.

Tome su cierre, y como por arte de magia ya tenía su pantalón abierto, este me miraba extrañado, pero seguía hablando con bill.

-Bueno, pero cuéntame algo tu, ¿Que piensas hacer con Eker?- pregunto bill, mientras que yo metía su mano en el bóxer de Tom, y sacaba su lindo, largo, gordo y rosado pene, mientras lo acariciaba poco a poco.

Como es siempre, Tom se dejaba, seguía acariciando, hasta que empeze a dar leves jalones, aún con mis piernas montadas en las suyas para que no haya tanta visibilidad por si de casualidad de la vida a alguien se quiere asomar bajo la mesa a buscar algo que se le haya caído.

Mientras daba los jalones, Tom hablaba con Bill y Estefania, entre pequeños jadeos no tan notorios, pero yo si podía darme cuenta, por que era la causante de ello.

Con mi dedo pulgar empeze a acariciar la punta, en forma de circulo, mientras que este echaba su cabeza para atrás disimuladamente.

-¿Entonces piensas comprar una nevera nueva o dejaras esa? Tu sabes que tenemos que ir de compras.- siguió hablando bill sin darse cuenta de lo que pasaba, Tom solo asentía.

PARADISE IN HELL | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora