26

68 6 0
                                    

Pov's Tom Kaulitz

Mi corazón estaba achicharrado, hecho nada, me sentía mal, a esa cosa que le llaman triste, no la había sentido después de muchos años, sentía que quería...llorar.

Le había dicho literalmente que no me importaba lo que hiciera, si me importaba, me importaba más que mi miserable vida, pero tenía que decírselo, solo para que pierda interés en mi, y así no le duela el hecho de tener que separarnos. Como dije anteriormente, quería llorar, y mares. ¿Llorar? ¿Por que llorar? ¿Tom Kalulitz, llorando? Quien diría que el famoso narcotraficante querría llorar, y por una ¿Mujer? Carajo, este hombre si que está enamorado, y más para llorar por una simple mujer.

Llame a Alex, y le pedí que por favor se llevara a Sofía al cuarto de visitas, necesitaba encerrarme ahí, y hacer algo para pasarme la tristeza.

—Si jefe, ya mismo buscamos a Sofía.— afirmó, yéndose del frente mío, y dirigiéndose a mi habitación para buscar a la pelinegra.

Mientras que yo, yo solo me pellizcaba alguna parte del cuerpo para simplemente quitarme un nudo que tenía en la garganta, no recordaba lo feo que se sentía. Me mordi la lengua al ver a sofia con alex salir de la habitación, verla así, débil, con sus piernas llenas de vendajes, me dolía no solo en el corazón, también en el alma.

En cuanto la vi, una lágrima cayó de mi ojo, me la limpié rápidamente, bajé mi cabeza para que no me vieran, y aún con la cabeza baja me fui hacia mi habitación, trancandola con seguro.

Me senté, puse mis manos en mi cara, y afinque mis brazos en mis piernas, para que después empezaran a caer lágrimas de mis ojos, eran pocas, pero ya prácticamente estaba llorando. Cada una de las lagrimas que caían me las limpiaba rápidamente, pero empezaban a caer aún más, y más, sin parar, fruncia mis labios, y cerraba mis ojos con fuerza, exprimiendo las lágrimas que estaban dentro de ellos. Me sentía realmente estupido, no soportaba estar así, sin ella, solo quería que ella me estuviera abrazando en este momento, y que no tuviera ninguna marca en sus piernas, llenas de rasguños de su parte.

Tenia años sin llorar por alguien o algo, simplemente todo me daba igual, por eso me estaba pegando tan fuerte el llorar por alguien. No recordaba que este sentimiento fuera tan feo, no recordaba mis últimos momentos tristes, verdaderamente no sabia nada de eso, era todo muy extraño para mi, pero ya tenía unos cuantos minutos llorando.

Gruñi, y empecé a tumbar todo lo que había en la habitación, lleno de rabia, no quería que esto sucediera, era el peor momento de mi vida, algunas cosas que caían en el piso se rompían, las porcelanas, relojes de cristal, etc.

Me levanté de la cama y me fui hacia el baño, al verme al espejo, tenía los ojos hinchados, la nariz roja y tapada, se sentía horrible estar así. Tenia que respirar por la boca por que por la nariz no me entraba aire.

me afinque en el lavamanos, abrí la llave, y el agua empezó a caer, puse mi mano en el agua, haciendo que hicieran contacto, puse la otra, así haciendo que quepa más agua, dirigí mis manos a mi cara, el agua hizo contacto con mi piel, así hice sucesivamente, empecé a lavarme la cara, en especial los ojos, después, me volví a ver al espejo con la cara mojada. Tome la toalla y la puse sobre mi rostro para secarlo, después, solo abrí la puerta del baño, apague la luz, y salí, pudiendo ver el desastre que había hecho en mi habitación, todo tirado y horrible.

La puerta de mi habitación empezó a sonar, después de que se haya escuchado que intentaron abrir la puerta sin antes avisar. Forcejeando la cerradura. Me dirigí a la puerta, y la abrí, dejándome ver a mi hermano bill, quien estaba igual que yo, con la cara hinchada, y con su típico delineado con sombra negro, haciendo contacto con las lagrimas que habían caído de sus ojos, quedando en su cara líneas negras.

PARADISE IN HELL | Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora