Capítulo 12: Familia

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Las personas y vehículos que transitaban el lugar vieron aquel accidente, alarmados a su vez tras ver un arma en la mano de Marcos ¿Sería una pelea de bandas? Muchas personas huyeron del lugar mientras otras veían aquella pelea y quizas algún extraño se atrevería a llamar a emergencias. La sangre circulaba por sus venas como si de fuego se tratará, Marcos había chocado su automóvil teniendo la duda de que Juliet estuviera en el, y de ser ese el caso pudo haberla lastimado, pero medidas extremas conllevan a acciones extremas, se acercó al vehículo y tras ver su interior no había nadie dentro, sonrió animado, pues no esperaba menos de Caesar, seguro había salido por la puerta del copiloto con mucho sigilo, gruño enojado, indicando a sus hombre que se quedarán en el mismo lugar y no entrometerse en aquella pelea que solo podía ganar el.  Cada día más Caesar se parecía a su padre, sintió la presión del cañón de un arma tras su nuca, suspiro calmado, tratando de averiguar el objetivo de su potencial enemigo ¿Sería capaz de disparar? Tal vez si pero lo dudaba, en el fondo Caesar era una buena persona y sabía que no sería capaz de lastimar a uno de los suyos.

-¿Qué es lo que quieres Marcos?- Pregunto con firmeza- Durante estos años nunca hemos hablado  y de un momento a otro soy de máxima importancia para ti ¿Qué pretendes lograr con todo esto?-

-Eres muy arrogante Caesar - Río con sarcasmo- ¿Olvidas que asesinaste al capitán, te llevaste a Juliet y luego te diste a la fuga? Eso para mí es más que suficiente para querer cazar, a parte eres un candidato más para tomar la posición que tomé, eso es más que suficiente para ser un enemigo potencial- Explico relajado-

-El capitán no lo cuentes en la ecuación, al final tu por igual deseabas terminar con su vida, no te puedes mentir a ti mismo Marcos, esperabas por instantes la muerte de tu padre, yo no deseo tu posición, al contrario desearía dejar de una vez para siempre esta maldita vida y desaparecer de todo lo que tenga que ver con esta mierda- Supiera cansado- Todo este alboroto es por Juliet, y lamentablemente no la vas a tener nuevamente- Sonríe desafiante- Ya no está ni siquiera en este país, la envié lejos para que tú maldita organización y tú, nunca sean capaces de encontrarla- Rie a carcajadas- Esto termina aquí y ahora- Lo único que sugiero es que luchemos como hombres, sin armas, solo una batalla cuerpo a cuerpo ¿Lo aceptas mi querido hermano?- Pregunto mientras bajaba el arma-

-Como quieras Caesar, siempre estoy preparado para lo que sea- Respondió mientras tornaba sus pasos hasta estar de frente con su hermano- Lo único que debes  recordar es que la última vez quedaste sin memoria tras enfrentarme- Ríe en un tono de burla- Vamos a ver si resistes y no mueres- Lanza su arma a un lado-

Ambos hombres con una llamarada de ira en sus ojos, se colocaron en posición de pelear. Se veían a los ojos y juraron en silencio que aquello sería hasta que uno de los dos cayera en batalla. La pelea inicio, golpes certeros se daban ambos, pero sin poder conectarlos ya que se defendían con sus brazos, el cansancio no se hizo esperar y ambos se quedaron observando a su rival, era gracioso pero ambos tenían el mismo potencial, Marcos se fue encima de su rival lanzando lo al suelo, comenzó a dar golpes al azar en el rostro y cabeza de Caesar sabiendo que este era su punto débil, pero Caesar protegía su cabeza con sus codos, no permitiría que Marcos volviera a deteriorar sus recuerdos. Caesar a notar el cansancio disimulado de Marcos tomó ventaja, descubrió su rostro para darle un puñetazo certero en la mandíbula, lo cual provocó que está se desencajara, tras sentir la debilidad, lo apartó de su cuerpo y ahora era el quien estaba encima. Empezó a golpear con sus puños cerrados el rostro de su hermano, rompiendo su nariz, abriendo su ceja izquierda y llenando de golpes al azar su rostro, la sangre manchada sus manos y un sentimiento de culpa se instalo en su pecho, sabía que no era lo correcto y a aquel que golpeaba era su hermano, a pesar de todos los malos ratos y del juramento de venganza que Marcos tenia, no eran iguales y no sería capaz de matar a su familiar, al final ambos estaban en la misma moneda, con caras diferentes, entendió que a su hermano siempre le habían arrebatado todo y que el pensaba que era por su culpa, la angustia se apoderó de su ser y detuvo su ataque. Marcos con el rostro irreconocible lo observó de forma fija, vio como este se levantó de su cuerpo y la ira una vez más se apoderó de él. Encajo su mandíbula con dificultad.

-¿Qué haces maldito hijo de perra?- Pregunto tomando fuerzas para sentarse en el pavimento- ¿Hasta en esto quieres ser mejor que yo? ¡Ven aquí y termina la puta mierda que acaba de empezar!,¡Caesar! Se un maldito hombre y culmina con este teatro- Vocifero con todas sus fuerzas, levantándose del suelo-

-No consigo, ni logro nada terminando con tu vida Marcos- Respondió con lástima - Eres tan culpable como yo de todo lo que nos pasa, pero solo tu puedes tomar la decisión de seguir los pasos de papá o intentar ser otro tipo de persona- Aconsejo en un tono bajo- Estoy cansado de esto, de matar para sobrevivir y tener que demostrar de forma constante que soy fuerte. Nadie en esa organización es tu amigo, todos solo esperan el momento en que demuestres debilidad para acabar con tu existencia- Suspira cansado - ¿Quieres que Juliet viva lo mismo que nosotros? Estuvo encerrada toda su vida y solo desea el mundo ¿Por qué debemos quitarle eso Marcos? Solo le hicimos daño y ella no es un objeto para tener que pelear para elegir a cual debe pertenecer, hagamos una tregua Marcos, al final queremos lo mismo, su bienestar- Extiende su mano hacia su hermano dando pasos cortos- Al final somos familia ¿O no?-

El caminar de Caesar se detuvo tras recibir un disparo en su hombro derecho y otro en su abdomen bajo. Quedó de pies como una muralla, mirando el arma en las manos de Marcos, ese hijo de perra nunca podía jugar limpio, siempre debía hacer trampa de una u otra manera, sentía la sangre brotar de sus labios, llevo sus manos a la herida del abdomen para hacerle presión ya que sentía como se desangraba. La burla en el rostro de su hermano le provocó arcadas, queria abrirle los ojos y mostrarle que había todo un mundo por delante, que la vida no solo se resumía en aquella herencia maldita que llevaban en su sangre, que si se lo proponía podía cambiar y ser una persona diferente, pero el poder le había cegado y sabía que Marcos estaba dispuesto a todo para mantener su posición, le lleno de tristeza pensar en ello.

-Tu y yo no somos nada Caesar, lastimosamente la sangre de mi padre corre por tus venas pero eso no significa que seas mi familia- Aclara su garganta- Sólo a ti se te ocurre ser tan noble como para no estar preparado contra alguien que te odia con cada fibra de su ser- Sonríe con su rostro en mal estado- Quizás mueras, quizás no pero me aseguraré que nadie te contraté y así vamos a ver cómo sales a flote si solo sabes disparar ¿Qué valor tiene un sucio asesino como tú? No eres mejor que yo Caesar, eres igual o peor, para venir con tu discurso marica intentando hacer una tregua ¡No me hagas reír! Somos lo que somos y nadie cambiará todo el daño que hemos hecho -

Caesar sintió como su cuerpo perdía fuerzas y se dejó caer, se desplomó en el asfalto propinando se un golpe fuerte en la cabeza, Marcos le jugó traición como solía a hacer no obstante imagino que por una vez su hermano usaría el pensamiento lógico y dejaría todos sus deseos de ser igual a su padre pero ya le había dejado en claro que su terror continuaría. Se quedó observando el cielo azul con una sonrisa débil en sus labios, sabía que aquel sería el último encontró con su hermano ya que al final si entendió sus palabras y quizás le otorgaría la tranquilidad que tanto Juliet merecía y por la cual todos habían luchado. Escuchaba murmullos a su alrededor y el andar de los vehículos en la calle, sintió el mundo moverse bajo suyo. Su cuerpo se sentía débil y la sangre brotaba de el, su mente se convertía en pequeños espacios en blanco, sus recuerdos lentamente se desvanecían en la nada, se aferraba al recuerdo de Juliet y su bebé pero cada vez más veía lejana la posibilidad de volver a ver su rostro angelical. Todo se iba a la mierda y no podía hacer absolutamente nada, se había convertido en el inútil que desde un inicio había sido. Escuchaba a lo lejos el sonido de las sirenas ¿Sería la policía o la ambulancia? No sabía pero tampoco le preocupaba ya que su identidad estaba asegurada. Su cuerpo se sintió cansado y la fatiga provocaba que cerrará los ojos, se veía en una verde pradera y a lo lejos a Juliet tomando de la mano a una pequeña figura ¿Sería ese su hijo? Sonrió con alegría, pues había cumplido lo que se propuso y era el bienestar de Juliet, llamo a su nombre buscando que ella lo esperara pero cada vez más su figura se alejaba de el, empezó a llorar y sentía como caía en el abismo, tenía que llegar al fondo pues no sabía lo que le estaría esperando, caía lentamente en aquella oscuridad finita viendo cada vez más lejos aquella verde pradera. Escuchaba voces hablarle y una luz cegadora en sus ojos, veía el rostro de un doctor, sus labios se movían pero no escuchaba lo que decía, venía a su alrededor y reconocía aquel lugar, era un hospital lo sabía por aquel largo pasillo de luces cegadoras ¿Había muerto? Sintió como su pecho empezó a doler y cada músculo se había convertido en una tensión constante, su cuerpo empezó a convulsionarse y una vez más solo había un ruidoso vacío, lentamente la oscuridad lo envolvió.

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