Su mente agotada pensó en todas las cosas que tenía dentro, en la información suministrada por Beatriz y en lo que ahora era su vida. Parecía una farmacia por todos los medicamentos que debía tomar en el día para conservar lo poco que aún tenía dentro, la impotencia de no recordar la familia que había protegido le tenía descolocado, su mujer e hijo esperaban por él. Para seguir en las calles y consumiendo todo aquello que pasará por su frente, mejor era estar con su familia e intentar recuperar su memoria ¿Sería eso cruel? Ver a aquella mujer que había significado tanto en su vida y que ahora no recordaba, y su hijo aún era un bebé que aprendía a caminar y a hablar sería más fácil lidiar con ello, pues ni siquiera lo conocía, pero sentía lastima por aquella chica Juliet, debió de formar una parte esencial de si mismo para mover todas las fichas de su entorno y darle la libertad, recordaba a todas las personas de su vida, los momentos y situaciones se le escapaban era como ver una cinta a blanco y negro, sin sonido ni colores, solo una imagen trabada que se repetía una y otra vez en su cabeza, recordaba a todas las personas que significaban algo para el menos a Juliet. Analizo que quizás como era la última persona importante que había llegado a su vida, por ello no la tenía en mente. Llevo sus manos a la parte trasera de su cabeza y maldijo en voz alta, su vida se iba por la tubería y solo empeoraba su situación, era hora de ser valiente y dar un paso a la vez, volvería a recuperarse pero no sería fácil, si estaba fuera del negocio y lejos de la mira, lo mejor era volver a casa. Su madre, Beatriz, una desconocida y su hijo le estarían esperando.
Compró el primer vuelo que consiguió, había sido costoso pero valía la pena. Tras unas largas 16 horas de viajes y hacer escalas por fin había llegado a Japón, veía el sol naciente y el futuro brillando sobre el viento ¿Era esto lo correcto? Beatriz lo recogió en el aeropuerto y durante todo el viaje le iba contando todas las cosas que habían sucedido anterior a su accidente, estaba asombrado de si mismo y de lo valiente que había sido ¿Asesinar al capitán? Ni en sus sueños más locos se imagino capaz de hacerlo pero lo había logrado, la noticia de la muerte de Henry talaba su pecho y desde aquella llamada no había dejado de doler, le agradaba la vista y tranquilidad de su camino, pasaron por un pequeño camino rodeado de montañas y altos árboles, sonrió como un niño pequeño pues sentía que todo aquello era una fantasía. Se miraba en el retrovisor de forma constante pues se veía demacrado, mucho más delgado, con unas profundas ojeras, aquella barba de un mes descuidada completamente, los rasguños en su cuerpo y el estrago del infierno que estaba atravesando reflejado en sus ojos ¿Cómo lo vería su madre? Trago en seco tras pensar en aquello, empezaba a creer que aquel viaje e iluciones que el mismo se había creado eran una mala idea, los pensamiento intrusivos le atacaban una vez más sin ningún tipo de consideración, era cruel con el mismo ¿Qué sería capaz de darle a su hijo? Quería imaginar cómo era su pequeño pero no podía hacerlo, se negó a ver las imágenes que traía Beatriz de el en su celular, sabía que si lo veía su mente colapsaría, necesitaba verlo real y respirando y así sería capaz de reconocer si de verdad sería su hijo. Le gustaba ver a Beatriz llena de vida y luchando por un sueño que el le había preparado, por primera vez la veía con la calidad con la cual se ve a una madre ¿Él lo había logrado? No imagino nunca en su miserable vida que sería una buena persona y menos capaz de formar una familia pero según los rumores lo había conseguido. Beatriz aparco la pequeña ban frente a un restaurante pequeño de fideos, siguió sus pasos hasta entrar al lugar, estaba vacío solo vio y aún pequeño niño en el lugar, reconoció a su madre la abrazo con fuerza y beso sus mejillas, seco las lágrimas que está derramaba y por un segundo se sintió pleno, su madre era la misma mujer fuerte y carismática que recordaba, está luego de soltarlo con amor colocó en sus brazos a un pequeño niño, que lo miro con unos ojos enormes y una inocente sonrisa, llevo sus manos hasta las mejillas de sus papá y solo lo observó. Trago en seco y al igual que él su hijo lo había reconocido, beso con ternura la frente del bebé, teniendo aquella alegría acumulada en su pecho, su primogénito, la sangre de su sangre, la carne de su carne, su hijo. Lo miró con orgullo y lo envolvió en un tierno abrazo, por un momento todos sus problemas se habían esfumado, su mente se volvió una pizarra en blanco y su alma sintió paz.
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Resiliencia
LosoweJuliet había nacido con la marca de la desgracia, debía persistir y resistir para lograr florecer. Saber manejar los escasos recursos que sus efímeros aliados le brindan como ayuda ¿Podrá Juliet atravesar la guerra conservando la calma? ¿Podrá algui...