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- ¿Tú estás segura de que quieres volver a intentarlo? - pregunta mi amiga y yo asiento con mi cabeza mientras camino por el mismo camino del otro día intentando llegar al río para ver si encuentro a la mujer - Velania ¿ha pasado algo de lo que tengas que hablar?, te aseguro que por muy intímo que sea no creo que haga falta irnos a mitad de un bosque para que nadie se entere.

- Que no es eso Argia, no te traería aquí solo para contarte un secreto no soy tan idiota - respondo mientras sigo caminando dejándome llevar por instintos - joder, ya deberíamos haber llegado al río.

- ¿Eso es lo que estabamos buscando? - interroga mientras se coloca a mi lado y yo suspiro antes de asentir con mi cabeza - lo hubieras dicho antes, que yo sé llegar hasta con los ojos cerrados y por lo que sé tú también, por algo me has traido aquí.

- Es aqui - susurro sin terminar de creermelo mientras miro a mi alrededor - el otro día mientras buscabamos lo que me pidió mi madre escuchaba el agua del río correr, te juro que cuando me dio el bajón llegue a sentir casi el agua tocarme.

- Velania el río se secó hace años ¿no lo recuerdas? - comenta y yo niego con mi cabeza - pero si los últimos años no pudimos venir ni una vez a meternos porque ya a penas pasaba agua por él.

- Te juro que yo lo escuche - aseguro intentando convencerme a mi misma de que mi cabeza no me estaba jugando una mala pasada - te juro que yo lo vi, esa mujer estaba al lado del río, lo juro Argia, juro que no te miento.

- Vela tranquila, estás volviendo a respirar agitado y no quiero que te pase igual que la otra vez - pide mi amiga con voz tranquila cogiéndome las manos con cuidado - es normal tener recuerdos del pasado e incluso imaginarte cosas del futuro cuando tu cuerpo se está centrando en compensar otros desajustes por lo que deja de prestarle atención a la lógica como a ti te pasó hace nada, es algo normal que recordaras ese río, hemos pasado muchos momentos ahí.

- Tú no lo entiendes Argia vi a una mujer - intento explicar mientras siento como mi respiración se volvía cada vez más agitada - no me la he podido imaginar no me puedo estar volviendo loca, ¿lo entiendes?, joder sé que vi a una maldita mujer sentada en una de las rocas del río y no dejaba de hablarme a mi, de decirme que confiaba en mi.

- Deberíamos volver a casa Vela parece que todavía no te has recuperado del todo del malestar del otro día y por eso te estás volviendo a preocupar por una tontería - murmura mientras empieza a caminar conmigo de vuelta mientras no me suelta las manos - si sientes que vuelves a encontrarte mal como la última vez antes de que lleguemos, avisame y paramos para que el golpe no sea tan excesivamente grande.

12 LlavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora