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- Los tres eramos unos enanos cuando eso pasó - explica Argia antes de encogerse de hombros - ambas madres pensaron que lo mejor era mantenernos al margen de todo esto hasta que fueramos lo suficientemente capaces de defendernos por nosotros mismos.

- Eso no explica, como me hice esto - protesto antes de señalar la marca de mi brazo antes de suspirar de nuevo - ¿por qué vosotros si lo sabíais y yo no?, ¿por qué soy tan especial para ese mujer?

- Porque fuiste el fruto de la triación de tu madre hacía ella, porque ese día sin querer tú pusiste tus manos sobre esas llaves y el conjuro termino por cumplirse - responde mirándome a los ojos - porque todos temen que seas la mujer con más poder, y que corrompida por ella seas algo imposible de controlar.

- ¿Y tú no temes eso? - cuestiono dudosa y mi amiga niega con su cabeza sonriendo - no sé que pensar de eso, si me estás desprestigiando o que.

- Que mi mejor amiga sea la que más poder tiene seguro que tiene sus ventajas - bromea y yo la miro divertida - venga sigamos, que con 4 llaves no tienes ni la mitad de las que te hacen falta.

- Pues tú diras, eres la que controla del tema, yo ya no doy más de si - contesto y ella rueda los ojos antes de enseñarme uno de mis dibujos - la llave de la traición.

- Se llama así, porque es custodiada por Aengus, uno de los hijos de Cailleach, él fue quien libero a mi madre cuando estaba en una posición parecida a la de ella - explica y yo asiento con mi cabeza - en teoría fueron siempre amantes, y de esa traición fueron creadas las dos criaturas custodiadoras de la tumba de su abuela.

- ¿Me estás diciendo que la otra llave la tiene tu padre al cual no ves desde que yo tengo memoria? - pregunto sorprendida y ella me mira divertida - ¿cómo se supone que vamos a encontrar a ese hombre?

- No lo tenemos que buscar, que él dejara de tratarnos como sus hijos después de que encerraramos a su madre no significa que no sepa quien es - asegura antes de enseñarme una foto y yo la miro sorprendida - ¿de verdad nunca te has puesto a pensar por qué el profesor de mitología solo contaba parte de las historias o por qué ni yo ni Unai queriamos ir a sus clases si sabes que la historia siempre fue lo nuestro?

- Así nunca quiere aprobarme el hijo de la grándísima puta - reprocho y mi amiga empieza a reirse - joder que soy amiga de su hija, podía echarme una mano de vez en cuando y no echarme la bronca como hace siempre, aunque ahora entiendo la cara de asco que me puso cuando vio los dibujos la última vez.

- ¿Él lo sabe? - interroga y yo asiento con mi cabeza levemente - espero que no hayas despertado al dragón dormido.

12 LlavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora