fourteen

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—¡Gatita! —gritó André, al cerrar la puerta—. Cuéntame todo y con detalles.

Jade la miró casi con susto, sin saber qué decirle. —S-Son mimos —respondió, bajo, con las mejillas rosadas.

—Avwww, eres adorable —el chico apretó un poco su mejilla, haciendo que la minina frunciera el ceño.

No le gustaba que tocaran sus cachetes, apenas podía soportar que Tori a veces lo hiciera.

—De todas las cosas del mundo no podía esperar que Tori Vega fuera así de cariñosa con una híbrida —rió un poco—. Y pensar que decía que no le gustaban.

Jade frunció un poco los labios.

—Lo hace porque yo se lo pido —murmuró, haciendo que la sonrisa de André se borrara, el Moreno alzó las cejas un poco—. Ella no... Quiere mucho — Jade se encogió de hombros—, ya lo viste —añadió.

—¿Ver qué? —preguntó de forma retórica—. Jade, conozco a Tori desde hace años, sé que ella no haría algo así si no quisiera —dijo, la gatita lo miró con duda—. Estás hablando con la persona que la vio rechazar dinero por besar a un adolescente completame enamorado de ella que no estaba para nada mal.

Jade frunció aún más el ceño, la idea de Tori besando a otras personas no le gustaba.

Escuchó a André reír.

—Pero contigo no es así, Jade, Tori te besó porque en serio quiso hacerlo —dijo, con un tono más agudo de lo normal—. No es la primera vez, ¿no?

Jade negó, lo que hizo que Harris riera más fuerte y se moviera con emoción. —¡Son tan lindas!

La pálida sintió sus mejillas calentarse, comenzó a quitarse el gorro y su abrigo, molesta por tanto calor.

Ignoró al emocionado humano y fue directo a la habitación de Beck, sin molestarse en tocar, lo encontró acompañado de Robbie, aunque este peinaba su cabello y acomodaba sus orejas, ignorando al tigre que hablaba de algo que no le importaba.

—¡Jadey! —dijo el conejo con emoción.

—¡Bebé tigrel

Jade sonrió un poco, hizo una mueca molesta cuando Robbie había ido hacia ella para abrazarla, el conejito tenía bastante fuerza y sintió como le faltaba un poco el aire.

Rápidamente sus amigos comenzaron a hablarle, aunque ella no los escuchaba realmente, pensando en su humana y en las palabras de André, con algo de duda, y luego de un rato de soportar a los chicos hablar, murmuró:

—Chicos, ¿es normal que tu dueña te dé besitos? Ambos híbridos la miraron con curiosidad.

—¿So André nos da besos? —preguntó Robbie, la gata asintió—. No... —murmuró pensativo—. Bueno, sí, recuerdo que una vez sí... O dos... —el rizado tomó su mentón, intentando recordar, arrugando ligeramente su nariz.

—A mí sí me da besos —dijo Beck, asintió—. Desde incluso antes de Robb llegara.

—¡Eso no es justo! —se quejó el conejo, frunciendo el ceño—. Yo quiero besos —hizo un puchero.

Rápidamente, Beck tomó su mentón para dejar un rápido beso en su mejilla.

—¿Te gustó?— Ambos vieron el rubor subir lentamente a las mejillas del chico.

—Tendría que recibir un beso de André para corroborar qué es mejor — murmuró.

Beck rió un poco, concebido por la ternura de su compañero.

—Tori también me da besos —murmuró Jade—. Pero últimamente lo hace más seguido y... Me gustan... ¿Está mal?

—Los besos son lindos —dijo el tigre—. A mí también me gustan los besos de André —sonrió ampliamente—, No creo que esté mal algo tan bonito.

—No es justo que hablen de eso frente a mi —se quejó Robbie.

Oliver suspiró con cansancio.

—¿Quieres que te dé un beso de André para que veas cómo se siente?

Robbie arrugó un poco su nariz, pero no respondió.

Sin pensarlo dos veces, Beck se giró más hacia él para tomar sus mejillas y juntar sus labios, cerrando los ojos mientras lo besaba con profundidad.

Bad luck. (Jori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora