nine

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— ¿No le compras juguetes a Jade? — preguntó André con sorpresa.

Estaban descansando en la sala de juegos de los híbridos, con un lindo conejito dormido sobre el pecho de André, mientras Tori devoraba las galletas que su amigo había hecho para acompañar con el café que ya habían terminado.

— Creo que debe tener alguna pelota con cascabeles o algún peluche- dijo la castaña, con una mueca pensante—. Sé que en algún momento le dí algún juguete, pero no sé a dónde habrá quedado... A Jade no le gustan mucho.

André pensó un momento, acariciando las suaves orejas de Robbie.

— Al principio a Beck tampoco le gustaban los juguetes, le compraba de todo pero nunca los usaba, ¿Sabes qué quería?

Tori lo miró, esperando que hablara.

— Quería mí atención, así que desde entonces juego con el todos los días, intento estar con él una hora, aunque esté ocupado- dijo—, después de unos días comenzó a jugar sólo.

— ¿Dices que no le doy atención a mí gata?

— Exactamente.

La menor miró a su amigo con el ceño fruncido. André se encogió de hombros.

— No sé, inténtalo, todos los híbridos son diferentes, quizás sea como dices y no le gusten los juegos.

Tori asintió, un poco molesta, ella conocía a su gatita.

— Pero siempre juegan a algo, Tor, no sé, prueba uno de esos lásers, son geniales- André sonrió por todas las imágenes graciosas de los videos de gatos jugando con ese punto rojo en la pared —, Tendría uno con Beck pero es muy bruto y me rompe los muebles- añadió, recordando todos sus fallos.

Bad luck. (Jori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora