five

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Jade esperaba impaciente a que la puerta se abriera.

Su dueña se había marchado hacia unas horas y no había regresado.

Movía su pié con impaciencia, mirando el reloj en la pared, no sabía leer los relojes de aguja, pero podía miraba la aguja que marcaba los segundos, dando un paso tras otro en círculos, mostrando el tiempo avanzar con rapidez.

El sol se fue, vió el cielo teñirse de rosas y naranjas, con preocupación.

Cuando el cielo pasó a ser de azules cada vez más oscuros, y su dueña seguía sin volver, Jade bajó las orejas, triste.

El cielo se tiñó de completo negro, y los puntos de luz que Tori le había llamado estrellas aparecieron uno por uno.

Y su dueña no volvía.

Jade quiso llorar, pero recordó que Tori le decía que ella no era ninguna gata llorona y se contuvo.

Continuó pasando el tiempo, y unas cuantas horas después del atardecer la puerta se abrió, Jade sintió el olor de su dueña, y se apresuró a ir hacia ella.

Tori alzó una mano antes de que Jade pudiera comenzar a frotarse en ella.

La castaña señaló su otra mano, que descansaba sobre su pecho dentro de un pañuelo, atado a su cuello.

- Me torcí la muñeca, tuve que ir al hospital y-

Se detuvo cuando escuchó a Jade sorber su nariz, notando las lágrimas en el rostro de su gatita.

- Oh, no, Jadey, no llores.- Tori llevó su mano libre al rostro de la híbrida, acariciando su mejilla.- Fue algo muy estupido, salía de comprarte unas galletas y me tropecé, caí mal y-

- Es que doy mala suerte.- murmuró.

- ¿Qué? No, no tienes la culpa.

- ¡Sí, Tori! - objetó -. Ibas a comprar algo para mí y pasó esto, es mí culpa.- hizo un mohín.

- Que no es tu culpa y no das mala suerte, gatita - Tori habló con seriedad, sostuvo el mentón de Jade para dejar un rápido beso en los finos y rosados labios de la híbrida, haciendo que esta se ruborizara.

Bad luck. (Jori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora