En las Sombras

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La mano delgada y larga del demonio acaricio el pecho de Aziraphale, quien estaba desesperado por besarlo. Bajó su mano hasta llegar a la ingle del ángel y tomó su sexo erecto por encima de su ropa, el celestial apretó los dientes ahogando un gemido y el demonio jadeaba de placer, le encantaba ver así a su ángel, sin control, siendo él, con los ojos brillantes y la piel enrojecida.

Crowley lamió los suaves labios de su amado con sus ojos de serpiente clavados lujuriosamente en los del ángel, los movimientos de su mano cada vez eran más rápidos.

—Crowley...—Gimió Aziraphale en tono casi de súplica— Por favor bésame, quiero probarte, quiero tenerte.

—Yo quiero volverte loco, ángel— contestó el duque de la obscuridad apretando el cuerpo de su "mejor amigo" contra el suyo y dejó salir un sonido que se podría describir como un ronroneo— Me encanta verte así, sentirte así— apretó el sexo del ángel—Me encantas, Aziraphale.

El ángel ahogaba gemidos, Crowley jadeaba cerca de la oreja de su amante y lamía cuidadosamente su cuello.

— Crowley ... — gimió el ángel tomando los genitales del caído— bésame, por favor bésame.

El demonio gruñó exitado por la mano del celestial entre sus piernas y sus súplicas, lo jaló de su casi blanco cabello y mordió cuidadosamente su oreja, lamió su cuello, desabrochó su camisa con gran destreza y movió su cadera junto con la mano de Aziraphale.

—Tengo una idea mejor, ángel, salgamos de aquí.

Aziraphale jadeaba, Crowley jadeaba, se miraron a los ojos con deseo y pasión por el otro. El demonio bebió el resto de su copa de un solo trago, el ángel abrochó su camisa y recobró solo un poco la cordura sin quitarle la mirada a la tentación con forma de hombre.

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