El regreso de los merodeadores -COMPLETO-

Capítulo 33

El artículo en el profeta diario había funcionado como un encanto. Tonks pensó mientras caminaba su patrulla por los pasillos de Hogwarts. Skeeter lo había titulado 'Baño de sangre en Carrow Manor'. Tonks fue retratada como una heroína reacia desinteresada que arriesgó su carrera y su vida cambiando de lugar con un huérfano inocente y su hermana Metamorphmagi. Skeeter puede haberlo llevado un poco por encima, así como una encantadora paráfrasis creativa a un nivel completamente nuevo incluso para ella. Aún así, los resultados fueron asombrosos.

Los Merodeadores también fueron elogiados por avisarla y ayudar al Ministerio en la configuración del Anillo de la Esclavitud. Se les atribuyó ser instrumentales para derribar no solo a los Slavers, sino también para eliminar un clan de vampiros deshonesto. Skeeter nunca dijo quién era el que lo hizo, solo que uno de los Merodeadores había dado el golpe mortal al líder del Vampiro, con una Hoonblade. Solo unos pocos preciosos sabían que el Moodblade era un arma Succubi, o que el líder del Clan Vampiro era un Anciano.

También crucificó a Dumbledore por dejar que Umbridge, un conocido abusador de niños, tomara a un estudiante de Hogwarts. Su argumento fue tan convincente que el desayuno ni siquiera había terminado antes de que los Howlers comenzaran a llegar. Fue toda una exhibición; Lástima que Lily, Harry y Emma no estuvieran aquí para verlo.

Los amigos de Emma pulularon alrededor de Tonks tan pronto como entró en el Gran Salón y hizo un bombardeo de preguntas. Van desde cómo era ella hasta si iba a volver. Ella les dio una nota que el nuevo Potter le dio para que les diera. Se escabulleron rápidamente a la mesa de Gryffindor para leerlo. Un minuto después, volvieron a caer sobre ella con un abrazo grupal que le quitó todo el viento, después de eso, todas las chicas de la lista que Greengrass le dio se habían acercado a sus clases intermedias con una historia que contar.

Durante el almuerzo, Dumbledore fue convocado ante la Junta de Gobernadores. Con él fuera de los terrenos, Tonks era libre de mantener entrevistas con todas las chicas. Ella eligió el baño de Moaning Myrtle por razones obvias. Resultó que el fantasma no era terriblemente aficionado a Dumbledore. Hizo una nota mental para conversar más tarde y ver qué esqueletos aparecieron.

Las entrevistas fueron bastante informativas en su conjunto. Se recogieron recuerdos y se enviaron a Madame Bones a través de Tonks's House Elf. Si su suerte aguantara, terminaría con su turno antes de que Dumbledore regresara. Tonks acababa de llegar a los límites cuando escuchó la voz en auge de los viejos pedos que la convocaba a su oficina. En el momento en que entró en la oficina del Director, supo que no estaban solos. Sus sentidos intensos de Animagus le dijeron que el ex Auror Moody estaba escondido en algún lugar de la habitación.

"Me convocaste Dumbledore?" Tonks le preguntó mientras le ponía un mechón de pelo morado detrás de la oreja y le tiraba del lóbulo dos veces. Para cualquiera parecería que estaba nerviosa. Detrás de la larga barba blanca de Dumbledore, sus labios se curvaron hacia arriba. Lo tomó como tal, pero estaba equivocado. El acto sirvió para dos propósitos muy diferentes. Uno para dejar la impresión de que temía al anciano mago. El segundo fue pedir respaldo. Para cualquier miembro de la Casa de los Negros fue una llamada silenciosa de ayuda. En lo alto de la pared, Phineas Black dejó su retrato para hablar con Lord Black.

"Ah sí, lamento tener que sostenerte. Estoy seguro de que no le gustará nada mejor que llegar a casa con su esposo. Solo quería felicitarte personalmente por acudir en ayuda de Emma Walker y descubrir el malvado complot de Delores. Lamentablemente, Umbridge tenía documentación que decía que ella era la guardiana mágica de las chicas. Lamentablemente, mis manos estaban atadas por la ley al respecto." Dumbledore le contó la misma excusa que había intentado durante las últimas cuatro horas explicar a la Junta de Gobernadores. Tonks, aunque escuchó algo de pesar en su voz, pero aprendió a nunca tomar su palabra al pie de la letra.