El regreso de los merodeadores -COMPLETO-

Capítulo 42

Narcissa estaba sentada en su cocina bebiendo té y leyendo la última carta de Draco para lo que seguramente sería la vigésima vez. Aunque probablemente podría recitar el contenido de la carta en su mano de memoria, mantuvo cada palabra como si fuera a desaparecer en el segundo siguiente. Ahora estaba buscando cualquier mensaje oculto con el texto. Estaba tan absorta en su tarea, que se sorprendió cuando Charlie besó una nueva lágrima de su mejilla mientras él se sentaba a su lado.

Sus penetrantes ojos de color canela la miraban con preocupación y con algo a lo que todavía tenía un poco de miedo de ponerle una etiqueta. Incluso si hubiera esperado toda su vida a que un hombre la mirara con ese celo nivelado, todavía la asustaba un poco. Sí, tenían deseo, pasión, lujuria y una espectacular vida sexual. Había más que eso. Charlie estaba atento a sus necesidades, entendiendo sus problemas y absolutamente maravilloso con Adam. Incluso ahora, ese simple gesto de él tenía los dedos de los pies rizados y el estómago haciendo saltos mortales. Habían acordado dejar su relación indefinida, pero cuanto más pasaba tiempo con él, más pensaba que se estaban engañando a sí mismos.

"Son esas lágrimas felices?" Charlie preguntó mientras su mano acariciaba su mejilla. Ella se inclinó en su calor. Ella cerró los ojos y asintió con la cabeza. Cuando abrieron, él se estaba mudando a besarse, y ella lo conoció a mitad de camino. De ninguna manera era apasionada, pero aún así la dejaba cálida y deseada. "Entonces, ¿vendrá a nuestro lado?"

"Todavía no, pero hay esperanza." Cissy respondió con una sonrisa prometedora. Ella sabía que su amante no se entrometiría demasiado. No esperaba nada más que lo que ella estaba dispuesta a dar. Se merecía más, y ella quería darle más. Ella todavía no estaba allí. Ella no estaba lista para dejar de lado su nueva independencia encontrada.

"Sucederá que solo tienes que ser paciente amoroso." Charlie la tranquilizó con una sonrisa de conocimiento que siempre renovó su fe. Solo otra razón por la que se estaba enamorando de este hombre maravilloso en su cocina.

"Bueno, tú eres el que tiene la paciencia de un santo. Tendré que tomar tu palabra al respecto." Narcissa respondió, mientras entrelazaba sus dedos juguetonamente. Su significado oculto más a la intemperie de lo que pretendía.

"La primera vez que me han comparado con uno de esos. Por lo general, uno en el otro lado del espectro con el que estoy emparejado." Él le dijo con una risa. Ella lo ignoró y pasó el pulgar por el descuido de su mejilla.

"No para mí." Ella susurró mientras se inclinaba de nuevo. Charlie extendió la mano y colocó un mechón de rubio detrás de la oreja que hacía que sus pequeños cabellos se mantuvieran altos.

"Bailé con muchas chicas, pero solo bailé con una mujer." Susurró con los labios un suspiro lejos de los suyos. Cissy cerró la brecha, pero se mantuvo fuera del alcance para burlarse de ella. "Ahora no me conformaré con nada menos. Para ella puedo esperar."

"Diablo de lengua plateada, si solo estás tratando de meterte en mis bragas? Debo advertirte que no estoy usando ninguno." Ella respondió y lo atrajo hacia ella. Sus labios se encontraron y una ola de euforia los dejó a ambos ahogados en un olvido dichoso. Ninguno de los dos estaba seguro de si Narcissa trepaba o Charlie la tiraba a su regazo. Lo que ambos sabían con certeza era cuando se separaron. El farol de la mujer completamente besada fue llamado y girando al final de uno de sus dedos.

"Ahora no tienes bragas." Charlie se regodeó mientras los mantenía fuera de su alcance y seguía girando.

"Cómo lo hiciste?" Cissy jadeó y comenzó a perseguirlo por la habitación. Charlie utiliza sus reflejos Quidditch que fueron perfeccionados por años de manejo de Dragon para mantenerlos fuera de su alcance. "Maldita sea Charlie! ¡Adam podría entrar en cualquier momento!"