✧c.-010

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N/A: Hola, sean bienvenidos todos y todas a este, el último capítulo de Chewing Gum Love. De antemano les doy las gracias a todos los que estuvieron desde que publiqué la introducción, y a quienes se sumaron en el camino. Ha sido una ilusión terminar un fic, por más cortito que este sea.

Para cerrar con broche de oro, un capítulo largo, con algo de drama, y, con un final dulce (no tengo ni la menor idea de dónde me saqué lo que escribí, por favor, no me asesinen).

Como siempre, espero que les guste, y, el epílogo lo publicaré en unos minutos.

Los quiero a todos :3

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—¡Mira amor, que belleza! —el chico de cabellos blancos y raíces negras exclamó, sujetando el brazo de su pareja para jalarlo hasta un establecimiento que había observado desde lejos—. ¿No es lindo, TaeTae?

—Claro, cariño —le dio la razón el mencionado, tenía una sonrisa en el rostro, su corazón se enaltecía en su pecho al ver brillar los ojitos de su Omega, el cual admiraba con total ilusión un carrito para gemelos tras el fino cristal.

—Es tan tierno... —musitó, expulsando feromonas de felicidad, dejando que su dulce aroma a galletas, leche y vainilla se extendiera a su al rededor, cautivando a su Alfa, quien solo afirmaba más su agarre al cuerpo ajeno.

—Lo es, cariño —dijo Taehyung, acariciando con su mano suavemente el vientre bastante notorio de Jungkook.

—Me hubiera gustado que nuestro cachorro tuviera un gemelo —comentó el menor, con un puchero en los labios—. Así tendría con quién jugar.

—Yo opino, amor —habló Taehyung—, que, para ser nuestra primera vez como padres, está perfecto que sea sólo uno. Así no sólo aprendemos a serlo, sino, que, también le damos todo nuestro amor a él nada más. Quizá más adelante vengan más cachorros, pero, hay que concentrarnos en el ahora, en nuestro pequeño que viene en camino.

Jungkook meditó un rato en las palabras que había dicho su pareja, y, llegó a la misma conclusión que el mayor.

—Tienes toda la razón, Alfa —dijo, acurrucándose más en el abrazo que mantenían—. Hay que darle todo nuestro amor a este pequeñito que viene.

Ambos continuaron caminando otro rato entre las calles del centro de Gangnam. Un Jungkook de ocho meses de embarazo traía de arriba a abajo a un Taehyung que sujetaba en sus manos ya más de siete bolsas de compras.

En una de las tantas paradas que hacían para que Jungkook se volviera loco escogiendo prendas o cosas para su cachorro, Taehyung se puso a pensar en cuánto había pasado el tiempo.

Desde el momento en que Kook y él supieron que iban a ser padres, las cosas cambiaron de manera radical para ellos. Consiguieron licencias de maternidad, paternidad, respectivamente; adaptaron una habitación de su apartamento especialmente para el futuro bebé, asistieron a muchos cursos para padres primerizos, y ni hablar de las múltiples noches en las que él no dormía debido a los mareos que sufría.

Porque, para hacer el cuento más interesante, quién sufría de los vómitos, las náuseas, mareos, y, los tan sonados antojos, no era Jungkook, sino, él. Así que, en definitiva, todo fue un territorio inexplorado en el que poco a poco se aventuraron tomados de las manos.

Ahora, casi nueve meses después, todo parecía ir mejorando aún más.

Si bien, el primer trimestre del embarazo de Jungkook fue muy riesgoso debido a la combinación de genes de sus especies, lograron sobrellevarlo, aunque, no está de más decir que el pobre Omega tuvo que permanecer en cama poco más de la mitad de su gestación.

Chewing Gum Love [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora