La hermosa verdad

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Narra Mal

Hoy nos vamos toda una semana a un reino cercano, Ben y unos amigos que no veía desde la preparatoria decidieron reunirse y ponerse al corriente de sus vidas.

Llegamos al castillo de uno de sus amigos, Daniel, allí nos alojaremos por una semana, llegaron todos sus amigos junto con sus parejas, todas las chicas eran muy guapas y amables, me llevé bien con ellas al instante, pasamos el día jugando juegos de mesa, hablando, viendo películas, todo fue muy relajado, la tarde fue tranquila, llegó la hora de dormir, todas las chicas subimos a nuestras habitaciones pero Diana nos invitó a pasar el rato a su habitación, aprovechando que los chicos se habían quedado tomando una copa y hablando.

Ya en la habitación estábamos hablando de nuestras vidas de pareja.

Diana: pues Carlos me trata muy bien, yo sé que me engaña pero, ¿Qué más puedo hacer? Él me mantiene y siempre me trata con respecto y cariño.

Mal: ¿No te causa inseguridad? Digo, te está engañando, ¿No te causa miedo que sea más joven o bonita, o algo?

Diana: Realmente no, yo sé lo que valgo, no necesito que ningún hombre me lo diga, si él me quiere engañar, perfecto, y si no pues también

Monse: Exacto, no sirve de nada que tengamos inseguridad, si nuestra pareja nos quiere engañar lo va a hacer, mejor nosotras nos sentimos lindas y nadie nos hace daño, yo sé que esposo ha tenido una que otra aventura, y no me afecta, yo me conformo con que es a mí a la que escogió como su pareja pública, yo soy la oficial.

Esmeralda: Pero yo estoy 100% segura que tu esposo no te engaña, Mal, te ve con tanto amor, me gustaría que Daniel me viera de esa forma, pero yo sé que me engaña.

Mal: La verdad yo soy demasiado insegura, me da miedo que me engañe, me da inseguridad mi cuerpo, mi cara, mi todo, no creo ser lo suficientemente linda para él

Diana: Lo que pasa es que no te sacas partido, uno que otro cambio y te verías preciosa, ¿Qué tal si te hacemos un cambio de look y te enseñamos a vestirte y arreglarte para que te veas toda una reina?

Esmeralda: Sí, hay que hacer que veas lo hermosa que eres.

Mal: De acuerdo, la verdad si quisiera sentirme mejor.

Todas tomaron algo y me arreglaron mientras me explicaban cómo arreglarme, al terminar vi mi reflejo, me encantó, me veía tan bien, no me había dado cuenta de la hermosa figura que tengo

Todas tomaron algo y me arreglaron mientras me explicaban cómo arreglarme, al terminar vi mi reflejo, me encantó, me veía tan bien, no me había dado cuenta de la hermosa figura que tengo

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Me encanta mi reflejo, me siento divina.

Mal: Gracias chicas, hace tanto no me sentía tan linda.

Diana: Te ves hermosa, ¿Qué les parece si vamos a un antro que está aquí cerca?

Mal: La verdad tengo mucho sueño, me quedaré a dormir, vayan ustedes.

Esmeralda: De acuerdo, nosotras nos vamos.

Se fueron y yo me quedé viendo mi reflejo, me gustaba mucho cómo me veía. Me dieron ganas de ir por agua así que bajé a la cocina y escuché a los chicos hablando, me dió curiosidad así que me quedé a oír.

Daniel: Yo quiero mucho a Esmeralda, pero hay una chica que me gusta demasiado, así que llevo más de año y medio engáñandola.

Carlos: Yo también estoy engañando a Diana, es linda y todo pero no me gusta estar en la cama con ella, no me excita para nada.

Martín: Yo también engaño a Monse, ella no tiene lo que yo necesito, no tiene buen busto ni una cintura marcada, después de la tercera vez que me acosté con ella me aburrió.

Daniel:  Y tú, Ben ¿Estás engañando a Mal?

Ben: Claro que no, jamás la engañaría, ella es mi todo.

Martín: Ya dinos la verdad, todos ya dijimos que estamos engañando a nuestras parejas, tennos confianza.

Ben: Yo no estoy haciendo eso, me encanta estar con mi mujer.

Martín: ¿Y no hay una chica que te guste? ¿Con la que al menos hubieras tenido una fantasía?

Ben: No, la verdad es que mi esposa me excita mucho más con ropa que cualquier mujer desnuda, es indescriptible lo que siento por ella, me enciende hasta cuando se agacha a recoger algo.

Carlos: Ok, señor fiel, pero diciendo la verdad, ¿Quién se fijaría en otra teniendo a tremenda mujer? Tu esposa es perfecta, su cuerpo es tan...

Ben: Cuidado con lo que digas, ella es mi esposa.

Daniel: Bueno, es que él tiene razón, tienes una esposa extraordinaria.

Escuchar esas palabras me hizo sentir feliz, de verdad mi esposo me veía tan perfecta, en verdad me seguía viendo con deseo, quiero cuidarme más para seguir viéndome así, y para sentirme mejor conmigo misma

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