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Maratón 2/?
Termino de abotonarme la blusa y echo un último vistazo en el espejo. Supuestamente esto no es una cita, pero a este ritmo, con lo nerviosa que estoy, parece todo lo contrario. Tomo aire y salgo al vestíbulo, donde se supone que él ya me está esperando.
Y allí está. Perfecto, como si fuera la imagen de una revista, con un traje oscuro que le queda tan bien que es casi una provocación. Su sonrisa es tan confiada como siempre, como si ya hubiera ganado esta partida, incluso antes de empezarla. Trago, intentando no delatarme.
Xavier se acerca lentamente, evaluándome de arriba abajo con esos ojos oscuros y traviesos. Cuando está lo suficientemente cerca, me toma la mano para ayudarme con el último escalón, y su tacto envía una chispa directa a mis nervios.
Trato de ignorar mis pensamientos paranoicos, y entonces su sonrisa se amplía, como si pudiera ver la confusión en mi cara. Da un paso más hacia mí, y su proximidad hace que el aire se vuelva denso, dejándome sin aliento. En un impulso, giro sobre mis talones y corro hacia el ascensor, cerrando la puerta en su cara.
Al llegar al subterráneo, maldigo al encontrarme perdida entre una fila de autos negros y blancos que se ven idénticos. Resignada, decido buscar a mi esposo. Al girar, algo choca contra mi rostro.
- Auch, ten más cuidado ¡idiota! -grito al desconocido, acariciando mi frente en el inútil intento de disipar el dolor.
- Ahora soy un idiota -era la voz de Xavier, levanto lentamente mi rostro alejándome del cuerpo contrario y veo su estúpida sonrisa, era él.
- Sí -mi respuesta parece alegrarle por alguna extraña razón, sin querer seguir viendo su rostro me giro cruzando los brazos enfadada.
- Oh tesoro, l'hai chiesto tu -cuando estoy por preguntarle qué diablos dijo, siento como me toman de la cintura levantándome como un saco de papas.
- ¿Qué crees que estás haciendo Xavier?, ¡Bájame! -protesto golpeando su espalda.
- No me apetece hacerlo bella.
—¡Mi nombre es Sahara! Si vuelves a llamarme por el nombre de otra mujer, te dejo sin descendencia —digo enojada, pero apenas puedo mantener mi tono serio cuando él ríe.
Cuando Xavier me baja, intentó golpearlo pero él es más rápido tomando mis muñecas suavemente sin lastimarme.
- Oh ricitos, eres tan adorable, enserio ¿crees que sería tan loco como para tener a otra mujer en mi vida cuando lo tengo todo contigo? -tiene el descaro de reírse.
- Adorable será el golpe que te llevaras si te sigues burlando de mi.
- Tú y Khiss tienen una manía de golpearme -vuelve a reír
