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16 | the disaster began

───── ❝ the disaster began ❞ ─────

chapter 16, the sea of monsters

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A CORNELIA LE tomó siete meses aceptar que unas clases de espada le vendrían bien.

Estaban a mediados de febrero, y ella estaba pensando en la misión en la que había participado el verano anterior. Pensó en Percy, en las serpientes, en el salto de doscientos metros, en el casino loto, el inframundo y la traición de Luke.

Cornelia odiaba pensar en Luke, por lo que se concentraba en otras cosas. Por ejemplo, el hecho de que casi no usó su arco para ayudar en la misión.

Le llevó más tiempo reconocer que el arco no era el mejor arma para una lucha a menos que ella esté lejos, que lo que podría haberle tomado aprender italiano. Aunque tal vez se debía a que ya estaba acostumbrada a Theo ponerse nervioso y parlotear en italiano.

De cualquier forma, uno de esos días, luego del desayuno, se despidió de Lee y siguió a Clarisse por detrás.

─¡Clarisse!

La mayor se dio la vuelta, arqueando una ceja. Cornelia se situó a su lado y le sonrió brillantemente, como si pudiera convencerla con solo eso.

─¿Qué quieres, campanita?

La sonrisa de Cornelia vaciló. Miró a su alrededor, asegurándose de que nadie las estaba escuchando y se inclinó hacia Clarisse.

─Creo que te va a agradar lo que quiero ─le dijo─. Quiero que me des clases de esgrima. O la mierda que sea. Quiero dejar de tener solo mi arco y tener una alternativa.

La sonrisa de Clarisse la hizo pensar en si había hecho lo correcto al pedirle a ella. Había más campistas, si, pero Cornelia no creía que ninguno de ellos la soportara lo suficiente como para enseñarle correctamente sin gritarle.

Ya no me puedo retractar, pensó Cornelia suspirando.

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ESTABAN EN ABRIL y Cornelia podría alardear que además de ser la mejor en tiro al arco, era muy buena con la espada.

Al principio le había costado porque, a pesar de que obviamente había tenido clases de espada antes, nunca le había dado la atención suficiente. ¿Por qué querría una espada si tenía su arco y flechas?

En su momento, Cornelia creía que debía elegir entre uno o el otro. Ahora, sabía lo suficiente de ambos para defenderse en cualquier situación.

Y por cómo estaban las cosas, algo le decía que había tomado una buena decisión.

Cornelia y unos más intentaban seguir con sus actividades normales, pero la tensión no podía ignorarse mucho. Los campistas estaban desapareciendo, casi todos de la cabaña 11. En una de las reuniones de líderes, Travis y Connor habían admitido que las cosas de cada quien también desaparecian.

─Lo que significa que los campistas se marchaban, no desaparecen ─había señalado Lee en un intento de pensar en positivo.

─Se marchan para unirse a Luke ─farfulló Cornelia, matando todo el positivismo.

Quirón había suspirado, cansado, y los envió a todos de regreso a sus cabañas. Cornelia confiaba ciegamente en todos los que habían estado en la reunión, sabiendo que ninguno de ellos se iría.