DAYLIGHT ─── pjo¹

28 | grover, best friend

─── ❝ Grover, best friend ❞ ───

chapter 28, the sea of monsters

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EL MONSTRUO AGITÓ el puño y la gorra de Annabeth se le cayó a Cornelia al suelo planeando.

─¡Ja! ─dijo Polifemo─. ¡Repulsiva niña invisible! Ya tengo otra muy peleona para casarme. ¡A ti te voy a asar con salsa picante de mango!

Cornelia forcejeaba, pero estaba demasiado aturdida. Ni siquiera pudo intentar murmurar alguna oración a Apolo para intentar recuperarse.

Entonces, oyó a Percy gritar a lo lejos:

─¡Eh, tú, bicho horrible!

El gigante giró en redondo.

─¿Otro? ¿Tú quién eres?

─Deja a mi amiga. Soy yo el que te insultó.

─¿Tú eres Nadie?

─¡Eso es, apestoso barril de moco! ¡Yo soy Nadie y a mucha honra! Ahora, déjala en el suelo y ven aquí. Quiero sacarte el ojo otra vez.

─¡¡Raaaarrr!! ─rugió.

La buena noticia: soltó a Cornelia. La mala: la dejó caer de cabeza sobre unas rocas, donde quedó inmóvil como un muñeco de trapo.

Cornelia gimio con dolor cuando todo se volvió de color rojo. Tenía probablemente las costillas rotas, pero no quería arriesgarse a curarse para no perder aún más cansada o incluso desmayada, tal vez.

─¡Por Pan!

Cornelia no sabía si realmente había escuchado a Grover gritar eso o simplemente estaba alucinando. También escuchó que Polifemo soltó un aullido de dolor e instrucciones, pero se sentía mareada y le dolía el pecho.

Entonces alguien se acercó a ella corriendo y la alzó en brazos luego de recoger la gorra de invisibilidad.

─¿Estás consciente?

Cornelia logró farfullar un breve no irónico hacía Grover, y sintió como su amigo parecía aliviarse. Un poco.

Con gran esfuerzo Cornelia reconoció que Grover estaba llevándola al puente y estaba por empezar a cruzarlo con ella en brazos. Ella particularmente no habría elegido aquel trayecto, teniendo en cuenta que al otro lado estaban las ovejas piraña, pero la cabeza le palpitaba fuerte y finalmente se desmayó.

Mientras tanto, Percy, Annabeth y Clarisse bajaban corriendo por la ladera. El puente era su única posibilidad. Grover ya estaba al otro lado y había dejado a Cornelia en el suelo.

─¡Grover! ─aulló Percy─. ¡Saca el cuchillo que tiene Nells!

Abrió unos ojos como platos cuando vio al cíclope detrás de ellos, pero asintió como si hubiera captado la idea. Luego cayó en cuenta que en realidad no tenía idea donde llevaba Cornelia un cuchillo. Vio algo afilado en uno de sus bolsillo y se apresuró a tomarlo; era solamente un pedazo de espejo, pero sería mejor que nada.

Mientras Annabeth, Clarisse y Percy atravesaban el puente, Grover empezó a cortar las cuerdas. La primera se rompió con un chasquido.

Polifemo saltaba a sus espaldas de una tabla a otra y hacía oscilar el puente de un modo brutal.

La mitad de las cuerdas ya estaban cortadas. Los tres semidioses saltaron en plancha para alcanzar tierra firme y aterrizaron junto a Grover. Percy lanzó un mandoble a la desesperada y cortó las cuerdas que quedaban.