18 | the cyclops

215 19 0
                                    

─── ❝ the cyclops ❞ ───

chapter 18, the sea of monsters


⊱ ━━━━ ➴ ━━━━ ⊰

A PRIMERA VISTA, las cosas no parecían tan diferentes que el verano pasado.

La Casa Grande seguía en su sitio, con su tejado azul a dos aguas y su galería cubierta alrededor; los campos de fresas seguían tostándose al sol. Los mismos edificios griegos con sus blancas columnas continuaban diseminados por el valle: el anfiteatro, el ruedo de arena y el pabellón del comedor, desde donde se dominaba el estuario de Long Island Sound. Y acurrucadas entre los bosques y el arroyo, las cabañas de siempre: un estrafalario conjunto de doce edificios, cada unos de los cuales representaba a un dios del Olimpo.

Pero ahora el peligro estaba en el aire y se podía percibir que algo iba mal; en vez de jugar al voleibol en la arena, los consejeros y los sátiros estaban almacenando armas en el cobertizo de las herramientas. En el lindero del bosque había ninfas armadas con arcos y flechas charlando inquietas, y el bosque mismo tenía un aspecto enfermizo, la hierba del prado se había vuelto de un pálido amarillo y las marcas de fuego en la ladera de la colina resaltaban como feas cicatrices.

Mientras se encaminaban a la Casa Grande, nadie se detuvo a charlar. Algunos reaccionaron al ver al cíclope, pero la mayoría pasó de largo con aire sombrío y continuó con sus tareas, como llevar mensajes o acarrear espadas para que las afilasen en las piedras de amolar. El campamento parecía una escuela militar.

Nada de todo eso parecía importarle al cíclope, pues estaba absolutamente fascinado por lo que veía.

─¿Qués—eso? ─preguntó asombrado.

─Los establos de los pegasos ─le dijo Percy─. Los caballos voladores.

─¿Qués—eso?

─Ah... los baños.

─¿Qués—eso?

─Las cabañas de los campistas; si no saben quién es tu progenitor olímpico, te asignan la cabaña de Hermes (esa marrón de allí), hasta que determinan tu procedencia. Una vez que lo saben, te ponen en el grupo de tu padre o tu madre.

Lo miró maravillado.

─¿Tú... tienes cabaña?

─La número tres. ─Percy señaló su cabaña.

─¿Tienes amigos en la cabaña?

─No. Sólo yo.

Cuando llegaron a la Casa Grande, encontraron a Quirón en su apartamento, escuchando su música favorita de los años sesenta mientras preparaba el equipaje en sus alforjas. Nada más verlo, el cíclope se detuvo en seco.

─¡Poni! ─exclamó en una especie de arrebato.

Quirón se volvió con aire ofendido.

─¿Cómo dices?

Annabeth corrió a abrazarlo.

─Quirón, ¿qué está pasando? No irás a marcharte, ¿verdad? ─le dijo con voz temblorosa.

Él le alborotó el pelo y la miró con una sonrisa bondadosa.

─Hola, niña. Y Percy, cielos. Has crecido mucho este año.

Cornelia miró a su amigo. No era cierto; ella seguia siendo unos cuantos centimetros más alta. O tal vez ambos habían crecido.

─Nells ha dicho que tú... que te han...

DAYLIGHT ─── pjo¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora