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34 | a mission, another ally

─── ❝ a mission, another ally ❞ ───

chapter 34, the titan's curse

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CORNELIA SABÍA QUE tal vez a las cinco de la mañana era demasiado temprano, considerando que el sol ni siquiera se asomaba.

Lo primero que hizo cuando finalmente su cuerpo se rehusó a dormir un poco más fue darse una buena ducha. Había aprendido que cuando tienes la oportunidad de bañarte, lo haces.

Luego se tomó su tiempo para escoger la ropa; hacía frío y se estaba por ir en una misión pero definitivamente no iba a ir vestida como vagabunda. Terminó optando por unos pantalones cargo, una de sus camisetas naranjas de campamento y una sudadera que Rose había olvidado antes de volver a casa. Se miró al espejo y asintió satisfecha consigo misma.

Muerta pero bien vestida.

Tomó su bolso (también llamado bolsa de misiones) y se aseguró de tener lo necesario; ambrosia, vendas, un paquete de chicles, dracmas, coletas. Se colgó el bolso y se puso a escribir una nota en uno de esos papeles que Will usaba para ponerse recordatorios.

No los quise despertar tan temprano para despedirme, de todas formas nos veremos en menos de una semana. Con suerte. ¡Los quiero!

PD: Lee, me he equivocado y he usado tu shampoo. Ya no tienes más.

Pego la nota con un poco de cinta al escritorio y se apresuró a irse. Cuando abrió la puerta casi choca con Thalia y Grover, que estaban parados mirándola fijamente. Thalia tenía la mano levantada como si fuera a tocar.

Cornelia arqueo una ceja. Grover tragó saliva y miró a la hija de Zeus.

─Vinimos a despertarte ─dijo Thalia como quien no quiere la cosa.

─No hace falta ─le respondió Cornelia.

Salió de la cabaña cerrando la puerta detrás de ella y se dirigió hacía la colina sin darles una mirada. Thalia refunfuñó algo en voz baja y la siguió con varios pies de diferencia, pero Grover se apresuró a alcanzarla. Se puso a su lado y comenzó a juguetear con su gorro.

─¿Qué necesitas? ─inquirió Cornelia antes de que Grover comenzara a masticar su gorro del estrés.

Alzó la vista.

─Que dejes de hablarme así ─le respondió. Luego agregó─: y que vuelvas a hablarme. Me has estado evitando los dioses saben desde cuando.

Cornelia caminaba junto a Grover hacia la colina, sin prestar mucha atención a Thalia, quien los seguía a cierta distancia. La conversación con Grover se sentía incómoda y eso era algo nuevo entre ellos.

A Cornelia no le gustó el sentimiento.

─No te estoy evitando ─murmuró en voz baja.

─No sabes mentir ─replicó él de la misma forma.

─Cómo si tú no hubieses hecho lo mismo.

Grover la miró confundido.

─¿Qué?

Cornelia sacudió la cabeza y miró al frente. Se estaban acercando a la cima de la colina.

─Tú, Annabeth, Percy ─enumeró Cornelia en voz baja─, incluso Quirón. Me han estado evitando y ocultando cosas hace semanas.