Capítulo 22

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Melanie Grey.

El señor Andrew me colocó una curita cuando vio mi mano ensangrentada. El animal de Lance me había hecho daño y no actuó como otra vez veces—preocupado—actuó indolente y no volvió a salir de su habitación después de eso.

Estoy intrigada ante su actitud, ¿Por qué tan alterado por un viejo álbum de fotos? Recuerdo sus ojos enfurecidos y llameantes que parecían querer aniquilarme pero también los noté asustados.

Era como si lo que está allí adentro contiene algo que nadie puede ver o saber.

¿Y qué se puede esconder dentro de un viejo álbum?

Entiendo su cuaderno de color verde musgo horrible y aquellas fotos o el mismo bloc de dibujos.

¿Pero un álbum?

Es extraño.

Pensé que Lance era alguien que yo conocía. Egocéntrico, arrogante, pretencioso, grosero, odioso y mujeriego, supuestamente con mucho dinero.

Bueno eso es lo que mostraba en sus redes.

Jamás imaginé que me encontraría con alguien intrigante, misterioso, que esconde secretos. Porque estoy segura que esa habitación hay algo que nadie quiere que sepa y no solo eso. Sus salidas, su reacción cuando entoné una canción que a mi papá le gustaba cantarme.

Extraño, muy extraño y no sé por qué eso me llama.

Quisiera saber que esconde el chico que según él roba los sueños y moja las bragas.

El señor Andrew me sonríe y lo miro perdida. Sé que me habló. Pero estoy en blanco a sus palabras porque...ando pensando en el pendejito de tatuajes que sigue encerrado en su habitación como oso en hibernación. 

Mejor así no aviva las cosas que siento por él.

Hoy es noche de cocina. Si, él señor Andrew me va a enseñar a cocinar. Ya que...el mercado sigue intacto y hay que usar lo que esta allí o se va a vencer.

Propuso hacer tacos mexicanos y yo casi, casi que le doy un beso de la dicha, este hombre lo tiene todo, pero así como la felicidad invadió mi vida, está también se esfumó y ese momento algo dentro de mi cambió.

Nah mentiras.

Pero si me coloqué brava con el universo que sigue conspirando en mi contra.

Faltaban algunos ingredientes y yo fui voluntariamente me ofrecí a buscarlos. Todo bien, estaba como Shrek y Fiona por la pradera saltando felices hasta que llegaron los pobladores persiguiéndolos.

Bueno los pobladores es Lance.

Y lo bueno es que él no quería ir y yo tampoco quería que me acompañara. Por primera vez estamos de acuerdo en algo. Sin embargo el Sr. Andrew insistió y aquí estamos, en su coche, discutiendo, camino a la tienda del supermercado.

—Todo lo haces a propósito—me culpa.

—¡¿Yo?!—protesto—.En primer lugar no he sido yo. Fue tu tío.

—¿Y no te pudiste negar?

—¿Eres sordo o sufres de demencia?—le pregunto, encendida de la ira—. ¿Acaso no viste que me negué? ¿Qué dije que no miles de veces?

—Debiste insistir más.

—¿Y por qué no lo hiciste tú?—contraataco—.No te negaste.

—Me negué.

—No, no lo hiciste—remarco—Te quedaste callado y solo asentiste con tu gran cabezota—no refuta y yo sigo—.Puedes dejarme aquí si quieres. No tengo ningún problema—y no miento, fácilmente puedo quedarme y volver sola, no lo necesito.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora