Capítulo 18

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Melanie....

La reacción de Lance me dejó desconcertada luego de que salió de mi habitación como un rayo. ¿Cuál fue la razón de su huida en los pequeños segundos de paz que tuvimos? Porque no estaba extrañamente bien y de repente, se fue.

¿Y que onda con esa actitud de mal gusto hacia mi?

Entiendo que no me soporte. Entiendo que me deteste, entiendo que quiera aniquilarme.

¿Pero que aleje sus manos de mi como si fuera un cerco eléctrico y se mire como si fuera vómito?

Eso es demasiado.

Es desagradable.

Repito. Comprendo que no me soporte. Pero tenerme asco. Eso, eso ya es de muy mal gusto.

A mí él no me da asco. Lo único que no me agrada son las cosas que estoy sintiendo cuándo lo tengo cerquita.

Porque sé que son estos cosquilleos y estos choques. Lo sé. Las conozco a la perfección. Sé muy bien lo que ocurre después. He pensado que si eso llega a ocurrir—que espero que no y no sé profundicen—yo esté de vuelta a la residencia. Porque me conozco. Porque sé que cuando estoy enamorada soy muy obvia. Y no quiero que ese imbécil se de cuenta y después quien se lo aguanta.

Ahora que tengo estás sensaciones. Voy a presionar al estúpido encargado. Sé que no será fácil porque las clases comenzaron hace poco. Igual no dejaré de fastidiarlo. Sé que alguien por allí abandonará la carrera.

Me estoy alistando para mí salida con el sexy asiático. Hace un ratito me escribió avisándome que está por llegar y no me había ni bañado. Luego de aquel masaje de Lance que me dejó más sensaciones que un verdadero corrientazo me puse a ver videos en tiktok que lo olvidé.

Mierda, lo olvidé.

¿Cómo voy a olvidar mi cita asiática?

Salgo de la habitación abanicando las llaves. Llevo mi cámara, mi bolsito de lado y mi spray pimienta por si las dudas. Estoy atravesando el pasillo y me detengo cerca de la puerta de la habitación de Lance.

Recuerdo su reacción, su actitud hacia mi y hago una negación. Eso no tendría porque darme importancia pero es horrible que te hagan sentir de esa manera.

Salgo del edificio y la brisa pega contra mis mejillas y el resto de mi cuerpo. Levanto la cabeza y sonrío abiertamente al ver que el cielo estaba cubierto de lindas estrellas de hito a hito. Siempre quise verlas más de cerca. Hace poco descubrí que me encanta todo esto de los planetas y las estrellas. No sé que tiene que me encanta tanto.

Una voz suave llega a mis castos oídos no muy lejos de donde me encuentro. Parpadeo saliendo de mi nube imaginaria—alucinando que las estoy viendo desde un telescopio —y giro la cabeza en dirección hacia sonido melódico.

—Hola—me saluda Tae-oh sombreando una sonrisa con su atención enfocada al cielo, me mira. 

—Hola—respondo y me acerco de un saltito para besar su mejilla.

Tae-oh hace lo mismo sorprendiéndome y cuando estoy frente a él me da una rápida inspección de arriba abajo con gesto que me coloca incómoda.

Lo notó.

He estado repitiendo ropa y hoy justamente llevo la misma que use la primera vez que lo conoci. Tengo poca ropa de dos piezas porque toda la vida me han gustado los vestidos y bueno, mi armario esta lleno de ello. Antes no me incomodaban porque no había nadie quien me dijera algo. Hasta que ingresé a la universidad. Allí todo cambió. Empecé a comprar ropa de dos piezas y no fue fácil acostumbrarme.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora