Capítulo 57

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Melanie...

Despierto cuando el sol penetra en mis ojos y refunfuño entre dientes sintiendo que me quema la piel. Dejo caer mi cuerpo hasta quedar en linea recta y oculto mi cara con la sabana está olía a la fragancia usa de Lance.

Mmmmm voy a extrañar este aroma.

Me quedo allí hipnotizada y decido que es hora de ir al baño pero olvido que no puedo caminar y me caigo dándome un fuerte golpe en las nalgas. Alguien entra apresurado y suelta una exclamación acompañado con mi nombre. En un segundo estoy de vuelta sobre la cama y no si era el sueño, pero al principio no reconocí ni la voz ni la cara de mi chico tatuado.

—No fuiste a clases—acato al darme cuenta cinco segundos después de contemplar sus lindos ojos verdes.

—Buenos días—dice en tono sarcástico y acaricia mi mejilla con delicadeza —No, hoy no fui.

—¿Por qué no fuiste?—inquiero —.¿No tuviste clase?

—Para quedarme contigo — se acerca—Si tengo pero decidí cuidar a mi infiltrada favorita.

Lo que dijo primero me pareció demasiado tierno y me siento apreciada, sin embargo lo segundo me preocupa.

No es bueno faltar a clases.

Lo dice la constitución.

¿Cual?

Bueno digo yo.

Tu estas loca.

—No lance no puedes faltar —me pongo en modo de mamá regañona—.Es importante que vayas.

—Tu eres mas importante—dice haciendo que mi corazón se derrita y me le quede viendo fijamente. Sus brazos me llevan hacia su pecho y los míos rodean su torso.

Se tensa.

—¿Tienes ganas de hacer pis?— asisto varias veces sobre su duro pecho. Aspiro su aroma. Fresco y varonil acompañando de esa fragancia que me encantó desde la primera vez que la olí—.Vamos.

—¿A dónde? — pregunto inocente viendo el microscopio que está lindo y bello en su balcón.

¡Digo telescopio!

Antes de irme quiero ver su planeta favorito y quiero dejarle una caja de brownie. Anoche decidí regresar a la residencia y honestamente no es algo que me hace feliz pero es lo mejor. Lance es un hombre mujeriego de primera categoría, ha estado cuánta mujer se le atraviese en el camino y lo más conveniente para mí y mi salud mental es que me aleje, sé que no evitará que me duela, solo que no lo hará con profundidad.

Y no lo culpo..

Esa era su vida y llegué para interrumpirla aunque no fue mi intención.

Lance me hace volver a tierra cuando sus manos me toman desprevenida y me levantan con facilidad. Dejo escapar un gritito y casi lo degollo al aferrarme de su cuello.

Pasamos al frío baño y nos estacionamos frente a la taza del inodoro. Lance me baja con cuidado. Cuando estoy sentada le pido que se retire pero el muy hijo de madre no lo hace y me tiende su mano.

—Ni creas que voy a bajarme los calzones delante de ti— le advierto y señalo la puerta —.Puedes salirte. Gracias. La gerencia.

—Y tu crees que voy a perderme esa oportunidad. Además no creo que puedas hacerlo sin mi ayuda.

—¡Lance es mi privacidad!— reclamo por lo bajo—.Y claro que puedo. Así que shu, shu, pajarito a volar.

Carcajea y se acerca decido, provocando que mi corazón se detenga.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora