Capitulo 17

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Paso el resto de la tarde tarde dentro de la habitación luego de haber discutido de aquel cretino quien desde hace mas de una hora tiene puesta música de esos metaleros locos que parecen endemoniamos a todo volumen. Intento ignorarlo pero su escándalo me esta alterando no puedo resistir mas. Juro que me iba a quedar quieta y dejarlo pasar porque sé que ese desgraciado lo esta haciendo con toda la mala intensión pero el ser humano tiene limite y el mio saltó por la ventana desde hace minutos. 

¡No aguanto mas!

Salgo disparada de la habitación y me coloco en frente de la de él, el ruido es tan fuerte que me lastima los oídos.

—¡Bájale!—digo fuerte—.¡Lance!

Golpeo con el pie, con los puños, agito el picaporte.

Le sube mas volumen.

¿Qué es lo que pasa a ese sujeto?

—¡Lance!—mi garganta arde por la fuerza que ejerzo para gritar, llevo mas de  cinco minutos pidiéndole que le baje el volumen pero el muy animal solo le sube mas. 

Regreso a la habitación dándome por vencida y me acerco a la ventana para intentar soportarlo pero es imposible, no puedo quedarme con los brazos esperando que le baje, no lo va a hacer y alguien debe detenerlo. Tomo de mi billetera mi viejo carnet estudiantil de secundaria y salgo de la habitación. 

La música no para y estoy desesperada, ansiosa, nerviosa. Me gusta el ruido pero este es insoportable y debe parar o me va dar algo, es demasiado.

Además los vecinos se van a molestar y pueden llamar a la policía. 

Paso el carnet entre la pared y la cerradura con cuidado e intento abrir. Lo intento por quinta vez y fracaso. Mis manos arden de todas las veces que lo he hecho. No es tan fácil como creí. Pero no me voy a rendir, le voy a abrir la puerta y le voy a desconectar ese bendito aparato a como de lugar. 

Hago otro intento y gualá, logro abrirla. El sonido impacta contra mi cuerpo y retumbaban los oídos cuando empujo un poco la puerta.

Tengo dudas si continuar o no. Pero no quiero sufrir de un ataque de ansiedad y menos que venga la policía por culpa de este marsupial que no conoce el respeto al prójimo.

Empujo la puerta con precaución y no puedo evitar pensar que en el momento que asome la cabeza él me va a saltar como un tigre.

Esta prohibida la entrada, infiltrada, largatee.

Para mí sorpresa e inmenso alivio lo consigo dormido sobre su cama. 

Ahora comprendo porqué no me escuchaba.

Me acerco directo al estéreo. Con la mirada puesta en el feo durmiente. Empiezo a bajar el volumen poco a poco hasta llevarlo a un sonido moderado y me alejo en cuclillas sin despegar mis ojos de él quien parece una estatua y tampoco se nota que respira.

De verdad parece que no respira. Solo lleva su shorts azules y el pecho descubierto y no veo movimiento de su abdomen.

Parece que estuviera muerto.

Además tiene un forma extra de dormir. Sus manos están en su pecho. Tal como Drácula.

Y yo pensaba que dormir con el culo levantado era raro.

Trato de ignorarlo pero puedo. Es inquietante y mas que no se haya dado cuenta que le baje el volumen a su ruido.

Me acerco hasta el tieso y lo inspecciono su pecho y abdomen. No tengo intenciones de mirar su cuerpo pero es imposible no hacerlo con tantas morados sobre su piel.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora