Capítulo 50

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Capitulo 18+ <3 

Lance...

Parpadeo lento con la vista puesta al techo mientras los recuerdos de anoche invaden mi mente. Desde que desperté en lo único que he hecho es pensar en Melanie y en todo lo que me hizo vivir anoche. Jamás imaginé que todo seria diferente. Los besos, las caricias, las miradas, las sonrisas, el juego de palabras, nuestra charla después del acto. Todo fue tan diferente, tan inocente y tan dulce, nunca había experimentando algo así en toda mi vida, nunca me había sentido tan lleno de vida luego de tener relaciones con una mujer. Desde un primer momento lo sentí pero no sabia que era hasta que ella me lo aclaró y lo que me dijo me dejó tan asombrado que de solo recordarlo se me hace un hueco en el estomago.

Ella me quiere y me lo dijo viéndome a los ojos, me lo dijo con tanta firmeza que el momento que me respondió mi corazón salto de una manera que por un momento creí que se me iba a escapar por la boca. La verdad no sé por que me sorprende tanto y sé que he oído esto como en tres ocasiones en la vida pero supongo que se debe a esto que siento por ella que lo hace todo distinto, muy distinto.

La luz entra por mi ventana y me doy cuenta que he estado mucho tiempo despierto, contemplo aquella molesta claridad unos instantes hasta que siento que me pesan los ojos y los cierro. Segundos mas tarde se escucha el ruido de las sirenas de las ambulancias, los claxon de los carros, el canto de las aves y los perro de la calle, todos esos sonidos son una puta molestia y hoy me parecen como una de mis canciones favoritas de opera.

Giro mi cabeza y espío a la infiltrada con los ojos entrecerrados para que no se cuenta que estoy despierto. Me muevo para tener una mejor vista de ella y lo hago de manera sigilosa y con los ojos apretados para que no me pille. Con media cara clavada en la almohada mis labios curvan una sonrisa perezosa mientras detallo como se lleva las manos a la cara y cubre sus ojos como si no se lo pudiera creer a tiempo que suelta una risita.

Rodeo los ojos.

Niñata.

Mi niñata.

Abro un poco mas cuanto la veo sentarse y me da una bonita vista de su espalda, su cabello dorado cae como cascada tocando el borde de sus glúteos, quería estirar el brazo y apartarlo de allí y como si me hubiese leído el pensamiento lo aparta y lo coloca encima de su hombro.

Agradezco internamente y me quedo allí, contemplándola hasta que ella decide darse vuelta como si quisiera que los rayos del sol que proyecta por la ventana calentara su cuerpo. Muerdo mi labio inferior y la retrato de mi cabeza rodeada de putas mariposas azules pero antes de hacerlo necesito hundirme en ella. 

Tengo una puta erección.  

Erección.

Mierda hace mucho que mi amigo no se ponía duro y estoy inmensamente feliz, por un tiempo creí que estaba enfermo del pene. Volvió y me alegra porque no quería decepcionar a la infiltrada como he hecho con las demás.

—¿Eres un vampiro o que mierdas? — mi voz ronca la hace saltar en el sitio y girarse hacia mi—O te regeneras como los paneles solares—la chincho.

—¿Estabas despierto?

—Lo suficiente como para comprobar que tienes unas tetas increíbles—suelto con la intención de hacerla sonrojar y lo logro en cuestión de segundos—. Y tu culo también, aunque no tengas mucho.

—Imbécil— carcajeo campante con una mano en mi estómago — ¿Qué haces? — pregunto cuando intenta cubrirse con la cobija—. ¿Por qué te cubres?— frunzo las cejas y evito que lo haga.

—¡Lance! —me quedo idiotizado como sus lindos senos rebotan y las imágenes en mi cabeza llegan como anoche los tuve en mi boca.

Quiero otra vez.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora