365 Days with you (YAOI)[BakuTodo]

Día 15 - Una misiva del futuro

El silencio había surgido entre ellos. Ninguno poseía claridad del tiempo que llevaban sin emitir palabra y solo se miraban mutuamente. Midoriya, conocía a Bakugo, demasiado como para saber que este nunca se plantearía hacerle una broma tan cruel, mucho menos involucrar en algo tan nefasto a la persona que más amaba. Aunque en esos instantes deseaba estarse equivocando y ser la victima de la broma más cruel del mundo. En su mirada se hacía evidente un intento por buscar el más pequeño atisbo de duda, algo que le hiciera confirmar haber oído mal, sería suficiente incluso un pequeño parpadeo para engañar a su mente y tomar a broma las palabras de Bakugo, sin embargo, aquellos orbes carmín no cambiaron. Siguieron manteniéndose serios.

Bakugo, que mantenía el silencio, de alguna manera lograba detectar lo que sus palabras estaban causando en la mente de su amigo de la infancia. Si bien, pese a siempre haber tenido una relación complicada, Bakugo deseaba haber tenido más tiempo para dar con una mejor forma de explicar la situación, sin embargo, precisamente esa misma cuestión era la que lo estaba obligando a dejar a un lado la delicadeza. Notando que Midoriya seguía muy sumido en sus pensamientos, aguardando algunos momentos más, Bakugo decidió ser quien rompiera tan sepulcral silencio.

—¿Kacchan... por qué dices algo así? —la pregunta lo detuvo, parecía que Midoriya parecía haberse repuesto—. ¿Cómo es que puedes dar por cierto algo que ni siquiera tu sabes? —sabiendo cuan necesario era para Midoriya hacerle todo tipo de cuestionamientos, Bakugo no hizo intento por retomar la palabra, solo dejo a su amigo preguntar y decirle cuanto le cruzara por la cabeza. Pasados unos minutos en donde Midoriya no daba muestras de ir a parar, fue la falta de aliento en el mismo quien logro hacerlo callar.

Con calma, esa que el tiempo le había permitido anexar a su personalidad, soltando un largo suspiro, Bakugo pudo prepararse para conseguir brindar una explicación que podría ser difícil de creer—. Izuku —Midoriya, que aun intentaba reponerse, no pudo evitar sorprenderse al oír ser llamado por su nombre, pese a que entre él y Bakugo ya no existían esas tensiones enfermizas, para Bakugo seguía siendo complicado acostumbrarse a llamarlo por su nombre—. ¿Qué pensarías si te dijera que yo no soy la persona que tú conoces y que, en cambio, soy alguien proveniente del futuro?

—¿Proveniente del futuro?

Sabiendo que tenía total atención del contrario, Bakugo se animó a continuar—. Escucha atentamente, porque lo que voy a decirte es muy, muy importante —sin desviar su mirada, Midoriya intentaba prepararse para cualquier cosa que fuera a serle contada, pese a que sus pensamientos ya era un completo caos—. Dentro de un año, aproximadamente, la sociedad en general deberá enfrentarse a un enemigo cuya letalidad es superior a la que llego a ser la Liga de Villanos. No se trata de un enemigo fácil de combatir ni mucho menos vencer.

—¿Qué clase de enemigo podría ser tan peligroso? —tras la caótica y mortífera lucha que supuso la batalla contra All for One y la Liga de Villanos, resultaba inquietante escuchar que existía un enemigo mucho más peligroso.

—Debo suponer que eres consciente de que antes de que los quirks fueran descubiertos existía una enfermedad que poseía la mayor tasa de muertes a nivel mundial.

—¿Estás hablando el cáncer?

Bakugo asintió—. Sin embargo, del tiempo en que vengo la variación de esa enfermedad ya posee una cura.

—Pero, entonces porque dices que Todoroki-kun va a morir. Si tu historia es cierta, entonces...

Dibujando expresión melancolía en su rostro, Bakugo miro un tanto afligido a su amigo, encontraba doloroso revivir sus memorias—. Shouto fue el primero en ser diagnosticado con tal enfermedad —como si su propia mente intentara auto protegerse, la mirada de Bakugo se tornó indiferente, como si estuviera esforzándose por mantenerse estable ante los recuerdos que estaban azotándolo—, pero para ese momento ya era tarde. Nadie supo el momento ni el cómo murió. Shouto se había distanciado. Se alejó y para cuando pudimos encontrarlo, tan solo pudimos saber que paso por un insoportable sufrimiento a medida que su propio cuerpo se fue debilitando hasta sufrir una falla en cada uno de sus órganos.