Supernova

4

Me desperté agitada. Miré para todos lados y estaba en mi cuarto, ¿todo eso fue un sueño? Cogí el móvil y busque la canción que me escribió Saiko, la canción existía.

—Buenos días —Pedro entró al cuarto.

—Buenos días.

—¿Te acabas de despertar? —asentí—. Bien, te tengo que decir una cosa —se sentó en la orilla de mi cama al lado mío.

—Dime.

—Me tengo que ir un par de semanas, pero va a venir a casa un amigo para que no estés sola.

—Ya soy lo suficientemente mayorcita para estar sola.

—Nova, ¿te acuerdas de lo que pasó la última vez? —asentí—. Me da miedo dejarte sola.

—Esta bien.

—Me voy en un par de horas.

—Eso se avisa antes para despedirme.

—¿Te vas a despedir de mí 10 horas antes?

—Doble despedida.

—Pues ahora quiero la primera.

—¿Sí? —él asintió con una sonrisa. Le cogí la camiseta y empecé a besarlo. Me tiré para atrás y él se montó encima mío sin hacerme daño. Bajó sus besos por mi cuello.

(...)

—Te voy a extrañar —sentí como las lágrimas se derramaban por mis mejillas.

—Intentaré volver lo antes posible, lo prometo  —acarició mi mejilla izquierda y me besó—. Adiós.

—Adiós —salió de casa y vi como se montaba en su coche, antes de arrancar, se despidió con la mano, imite la acción. Escuché el motor arrancar y desapareció de mi vista.

Suspiro.

Cerré la puerta y me apoye en ella. Llevo 1 año entero sin separarme de él, entiende  que es la primera vez que estoy lejos de él.

Pasaron un par de minutos y la puerta volvió a sonar, la abrí y me dejó ver a la persona que menos me esperaba: Saiko.

—Hola —dijo él mirando el suelo.

—¿En serio?

—Pedro me dijo que te cuidará.

—¿Y por qué a ti?

—¿Me ves con cara de saberlo?

—Pasa —me eché a un lado dejándolo pasar.

—Bonita casa.

—Mira, aquí hay unas normas  —ignoré lo que me dijo.

—Estas equivocada, Pedro me ha dado unas normas.

—¿Qué?

—Cuando salgas con tus amigas, a las 21:30 aquí. Si sales de fiesta, tengo que ir contigo. Cuando yo tenga concierto, te vienes conmigo. Y no te puedes quedar sola en casa.

—¿Qué eres mi niñera?

—Ordenes de Pedro.

Subí a mi cuarto ignorando todo lo que tenga que ver con Saiko. ¿Cómo se le ocurre a Pedro ponerme de niñera a mi ex novio, encima ponerme a alguien para que me vigile? Baje al salón con el bikini puesto, sentí la mirada de Saiko puesta en mi hasta llegar a la piscina.