Supernova

3

—¿Cuánto falta?

—Ya vamos a llegar, no seas impaciente Nova.

Suspiro. 

Miré por la ventana esperando llegar al destino. No sé en que momento, pero me dormí. 

—Llegamos.

Bajé del coche. Estabamos frente una gran mansión. Miré sin creerlo. Entré corriendo a la mansión, era impresionante. Vi una figura de una chica acercandose, cuando la pude reconocer, salí corriendo hacia ella.

—Rebe —le di un abrazo.

—¿Cómo esta mi pelirroja favorita?

—Ahí estamos, ¿y tú?

—Aparte de que te extraño, muy bien.

Rebeca y yo estuvimos hablando un par de minutos, pero me callé al escuchar la voz de Miguel. Sentí como alguien pasaba su brazo por mis hombros.

—¿Cómo está mi chica favorita? —preguntó Miguel a Rebeca. Yo, simplemente, quite su brazo de mis hombros y camine hacia Pedro, el cual hablaba con Daniela.

—Hola, ¿qué haces aquí?

—Oh, hola Nova, he venido con mi novio.

—¿Tú novio?

—Sí, él —señaló a Miguel que hablaba con Rebeca.

<<Es una maldita perra>> pensé.

Sonreí, cogí a Pedro del brazo y le dije una cosa al oído, él sonrió y me agarró de la cintura.

—¿Has visto ya dónde vamos a dormir? —negué—. Pues te lo voy a enseñar.

(...)

—Vamos a jugar a algo —dijo Rebeca con una sonrisa. Nos encontramos en una fogata en la playa—, vamos a jugar a verdad o reto.

Todos asentimos sin decir nada más.

Me daba un poco de miedo jugar con Rebeca, aunque sea mi mejor amiga, hay que decir que este juego se lo toma muy encerio. Ella no te dice el típico reto de gritar algo, no, ella te reta a cosas peores.

—Bien, empezemos. Nova, ¿verdad o reto?

—Verdad.

—¿Cómo lo hace Pedro? —todos me miraron expectantes, pero sobretodo Pedro.

Sonreí—. Muy bien —él sonrió—. Dani, ¿verdad o reto?

—Reto.

Miré a Rebeca y ella asintió.

—Te reto a besar a una persona que no sea tu novio —Saiko me miró serio, en cambio, ella tenía una sonrisa. Vi como se acercó a Pedro y lo besó, el la quito inmediatamente serio.

—Hecho.

Estuvimos jugando un rato, me volvio a tocar.

—Reto.

—Te reto a qué os vayáis tú y Miguel 20 minutos a solas en el vestidor de mi habitación —Rebeca sonrió. Yo mordí el interior de mi moflete. Me levanté y empecé a caminar hacia la casa que teníamos detrás nuestra, Miguel me seguía sin decir palabra.

Entramos al vestidor de Rebeca. Me senté en un asiento que había allí y me quedé callada. Miguel se encontraba parado en frente mío apoyado en la puerta.

—¿Cuándo empezaste a salir con ella?

—Dos meses después de que me dejaras —yo solo asentí—. Nova.

—No digas nada.

Me miró confuso.

—Maldita perra.

Él no dijo nada. Lo miro y me acuerdo de que Daniela ha besado a mi novio. Me levanto y me voy acercando a él.

—¿Q- qué haces?

—Shh.

—Nova...

—Miguel...

Nos besamos. No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero ya pasaron los veinte minutos. Me sabe mal por Pedro, pero la verdad es que aún no he superado a Miguel.

Me volví a sentar en mi sitio, hice contacto visual con Rebeca y ella sonrió sabiendo lo que le estaba diciendo.

—Bien. Daniela ¿verdad o reto?

—Verdad.

—Bien, ¿qué pasó la noche del 17 de julio de 2022 —vi como ella tragó saliva—, y quiero la verdad.

—Fui a tu casa.

Reí levemente—. Eso ya lo sé, ¿qué me diste?

—Agua.

—¿Agua solo?

Volvió a tragar—. Agua con droga —todos la miraron con los ojos muy abiertos, mientras, yo tenía la cara seria, sabía lo que hizo.

—Di más.

—Te lleve a la fiesta donde sabía que se encontraba Pedro, él iba borracho e hice que os besarais. Luego te llevé a casa de Miguel y te obligue a contarle la verdad.

—Y tu plan funcionó, te fuiste con él para consolarlo y acabasteis siendo novios.

Asintió. Me levanté seguida de Miguel. Entré en mi habitación.

—Lo sabía. Esa perra hizo que tú y yo lo dejáramos.

—Perdón, yo no sabía nada.

—No tenías porque saberlo.

—¿Y si no lo dejamos con nuestras parejas?

—¿Ya no te gusto?

—Me encantas, pero, Nova, hay que vengarnos.

—Pedro no ha hecho nada.

—Se lleva acostando con Daniela un par de meses.

—¿Qué estabas diciendo? —él sonrió.

—Que estemos juntos, de nuevo.

—¿Qué seríamos?

—Seriamos... una especie de amantes.