Capítulo 1

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Antes de empezar, les presento a la familia Bakugo:

Katsuki, 40 años —Alfa
Izuku, 37 años—Omega
Natsuki, 17 años —Alfa
Hideki, 15 años—Alfa
Shiro, 14 años—Beta
Gemelos Iku y Yuudai, 8 años—sin casta
Aki, 5 años —Sin casta
Ren, 1 año —Sin casta

[...]


Ese día tenía que buscar a su madre y llevarlo al hospital para su revisión médica. Después de la escuela pasó a la oficina de su padre por las llaves de la camioneta. Entonces los vió, su padre estaba contra su escritorio, con esa insufrible mujer beta frente a él, temió lo que sucedería entre ellos, pero se quedó a espiar. Sintió náuseas cuando esa perra comenzó a desvestirse mientras su padre solo la miraba de arriba a abajo.

No pudo soportarlo más, simplemente salió de ahí. Le pidió las llaves a la secretaria y se fue…

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El auto pasó sobre un bache en el camino, el golpe que se dió contra el cristal la hizo despertar. Miró a su alrededor, más allá de la ventana los altos árboles del bosque proyectaban sus sombras sobre el camino; entonces suspiró, había sido solo un sueño horrible.

Miró dentro del auto, sus hermanos seguían dormidos, Hideki (quién nació dos años después que ella) cargaba en sus brazos a la segunda más pequeña de la familia, Aki. Shiro (el tercer hijo), dejaba que su hermano Iku durmiera sobre su hombro, y Yuudai estaba tendido sobre las piernas del resto, durmiendo como un rey entre los brazos de sus hermanos.

No pudo evitar que una sonrisa se formara en su rostro; era curioso y lo recordaba con nostalgia; esos pucheros que su madre hacía al quejarse de que la mayoría de sus hijos nacieran con el cabello rubio como su padre (solo los gemelos Iku y Yuudai tenían los envidiables rizos verde oscuro). Solo ella, Aki y Ren tenían los ojos verdes de su mamá.

Aunque al ver a sus hermanos era como ver mini copias de sus padres. Unos nacieron con los ojos afilados de su padre alfa, y algunos nacieron con las lindas pecas de su madre omega (solo Iku, Aki y Ren).

Pero la que había nacido más bendecida era la pequeña de un año de edad, de rizado cabello dorado, ojos verdes y pecas, quien aún iba en los brazos de su madre, era la más chiquita de sus hermanos: Ren.

Manteniendo su sonrisa miró al frente, su padre manejaba la camioneta a través del sinuoso camino boscoso, por la forma en que estaban sentados a él podía verlo perfectamente, con su rostro serio y malhumorado apuntando al frente.

Ella viajaba sentada detrás de su madre, por eso apenas pudo ver sus mechones asomarse por una esquina del asiento, sin embargo, a través del espejo retrovisor pudo verlo, estaba mirando el bosque mientras le daba de comer a Ren. De pronto sus miradas se encontraron y su madre le sonrió.

—Aún puedes dormir un poco, faltan unas horas para llegar, mi niña —dijo su madre en voz baja.

—¿Quién es? —preguntó su padre sin quitar la vista del camino.

—Natsuki despertó.

—¿Quieres que maneje lo que resta del camino? —ofreció Natsuki.

—No es necesario, lo tengo bajo control, mientras tanto duerme. Más tarde voy a necesitar tu ayuda para armar la tienda de campaña —dijo su padre con una sonrisa, apenas mirándola de reojo.

—¿Y tú mamá, necesitas ayuda con Ren?

—Estoy bien, pero me ayudarías mucho si cargas a Aki, la pobre lleva media hora con la cabeza torcida…

Se giró a ver a su hermanita y efectivamente estaba muy mal acomodada. Para evitar que se lastimara la sujetó entre sus brazos, sin despertar a Hideki.

El silencio volvió al auto, estaba planeando quedarse despierta el resto del camino por si sus padres necesitaban algo, sin embargo, los estragos de su vida universitaria le pasaron factura y se quedó dormida de nuevo muy pronto.

Mamá [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora