𝟸. 𝑁𝑢𝑒𝑣𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑒𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑝𝑎𝑟𝑡𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜

34 2 0
                                    


── ¿Quieren qué me vaya a vivir con ustedes? ¿Los dos?

── Bueno, dormirás en el apartamento de Leandro.

Henrik responde con una naturalidad escalofriante, estaba hablando en serio.

── A Henrik no le gusta tener invitados molestos en casa. Podrían desordenar el lugar.

Habla Leandro con gracia, sí que me caía mal.

Henrik mira a Leandro con frialdad y continúa.

── Vivimos en el mismo edificio, uno al lado del otro. Si es necesario, podrías quedarte conmigo de vez en cuando, sé cuando Leandro se torna fastidioso. Entonces, Alexa, ¿Estás de acuerdo con nuestras condiciones?

Preguntó mientras organizaba unas carpetas sobre su escritorio, parecía estar todo el tiempo ocupado.

Después de terminar, se inclinó hacía mí, lo suficientemente cerca como para que captara el aroma de su colonia: Dulce, ambarina y cara.

Llevo dieciséis años buscando al asesino de mi familia. No puedo renunciar ahora a causa de sus extrañas exigencias.

── Quiero mi propia habitación y a Leandro muy lejos de mí.

Escucho su risita traviesa detrás de mí, me hace girar a verlo, mientras Henrik solo clava su vista sobre mí, me seguía analizando, como si supiera que yo no sería tarea fácil para ninguno de los dos.

── Por supuesto. Leandro puede ser un caballero cuando quiere, y tiene una habitación desocupada preparada para casos especiales.

Noté su sarcasmo.

Henrik, tú no, por favor.

── De hecho, tú la preparaste.

Leandro llevando la contraria como siempre.

── Así es. Bueno, espero que no hayas empezado a usarla como almacén.

¿De qué, de cadáveres? ¿Drogas? ¿Condones? de seguro tiene muchos de esos.

── Bien, ya está arreglado, pero uno de ustedes tiene que llevarme a mi apartamento para buscar ropa y pasta de dientes.

── Por supuesto, Leandro puede llevarte. Por desgracia, me necesitan aquí.

── A mí también, estaba ocupado antes de que llegara la manipuladora.

Lo fulminé con la mirada.

── Bien, iré sola...

── De ninguna manera... Cambié de opinión, parece que por fin tendremos un rato a solas, Alexa.

Me dedica una sonrisa, tan perversa como todo su ser.

── Dios, espero que te portes bien, Leandro.

Habló Henrik acomodándose su perfecto cabello.

Diez minutos después, me muevo nerviosamente en el asiento del copiloto del auto del pervertido, vulgar y mañoso de Leandro. No me ha hablado en todo el trayecto, es eso lo que me incomoda, el silencio.

── Es... gira a la izquierda, ahí, justo después de...

── Ujum.

── Gracias por aceptar ayudarme.

𝑁𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑡𝑒 𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑚𝑎𝑙𝑜 {EN PROCESO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora