VII

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Odiaba tanto a los Collins no sabía cuál de los dos era más idiota, tenía tantas ganas de golpearlos a los dos hasta matarlos.

Por culpa de Andrew tuve una gran ereccion de la que tuve que hacerme cargo cuando él se fue, mientras odiaba a mi estúpido cuerpo por reaccionar a los toques del alfa. Ayer no pude salir con Charlie porque quince minutos antes de las siete Andrew me esperaba fuera de mi oficina.

Nada más llegar me encerré en mi cuarto sin bajar a cenar, no estaba de humor para ver a nadie, me sentía avergonzado y humillado.

Salí de la ducha y vi mi reflejo en el espejo mi cabello negro caía por mi rostro a causa del agua, tenía unas grandes ojeras bajo los ojos, mi piel blanca como la procelana estaba cubierta de tatuajes en mi espalda y brazos. En la espalda tenía una serpiente qué iba de mi nuca hasta dar la vuelta a mi abdomen. Y en el brazo tengo tatuado una calavera con muchas flores alrededor, los tatuajes los había hecho a los veintidós años, siempre quise hacerme uno en el cuello pero nunca me decidí.

Todo mi cuerpo estaba lleno de cicatrices de disparos o de cuchillos qué impactaron en mi piel y la más reciente era la de mi hombro.

Mire en dirección a mi cintura donde tenía marcas qué me dejo Andrew ayer por sostenerme tan fuerte. Mi piel era muy delicada al punto de que solo ejercer un poco de presión provoca un hematoma.

Mis muñecas lucían de igual forma, no había tenido mucho tiempo de pensar en lo que pasó ayer, solo había maldecido la actitud de Andrew.

Pero sus palabras vinieron a mi mente, siempre note que Andrew era cercano a mi pero nunca creí que la razón era por un enamoramiento.

Salí del baño para comenzar a vestir mi ropa, ahora que lo pensaba el chico siempre se entromete cuando hablaba con Charlie, era gracioso en ese momento verlo tratando de llamar mi atención.

Y mi historia con Charlie nació unas semanas antes de que me presentará como alfa, siempre nos gustaba pasar tiempo juntos y la actitud coqueta del alfa rubio hizo qué perdiera mi virginidad con él. No se que pasaba pero solo verlo me provocaba querer tener se o con él y cuando me convertí en alfa nada cambió.

Se supone que tendría que sentirme atraído por los demás omegas pero no, se sentía tan bien ser tomado por Charlie la forma en la que me cogía hacia sentirme satisfecho. Nunca les dijimos a nadie cuál era nuestro pequeño secreto y aprovechamos cada que podíamos hacerlo o nos besabamos.

Nunca tuvimos una relación formal todo era sexo para los dos, cuando me mude conocí a diferentes alfas muchos no estaban dispuestos a estar conmigo creyendo que era un fenómeno pero había otros que les daba igual y podía disfrutar, también comencé a visitar una Sex Shop para poder pasar mi Rut disfrutando con un vibrador, jamás había pasado mi celo con alguien.

Borre todos esos recuerdos, hoy sería un buen día, había decidido hablar con Charlie para ayudarlo hoy a pedir las cuotas a un cliente qué ya debía demasiado. Necesitaba algo de adrenalina en mi cuerpo, bajé las escaleras y me dirigí a la entrada.

—Buenos días, creí que ya no vendrías. — Saludo Charlie nada más salir de la casa, eran las cuatro de la mañana, el sol aún no salía y todos en la mansión seguían dormidos.

—Se me hizo un poco tarde, desperté tarde por que no escuche mi alarma. — Mentí, anoche no había podido dormir nada por estar pensando.

—Creí que me dejarías plantado de nuevo.

—Lo siento por lo de ayer, estaba un poco enfermo.

—No tienes que disculparte hoy la pasaremos bien. — Decidí no avisarle a Andrew y tomarme el día libre.

You Are MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora