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Camine por el largo pasillo de la mansión pasando por diferentes puertas qué llevaban a alguna recamara.

El lugar estaba en total silencio, solo se escuchaban los pasos de los demás trabajadores qué subían y bajaban las escaleras, era más obvio que algo pasaba al persicibir las feromonas qué había en el lugar que eran más pesadas de lo habitual. Lo mejor en estos momentos era mantener un perfil bajo o las cosas podía salir mal, llegue a la última puerta del pasillo y la toque pidiendo permiso para pasar.

Mire a la planta baja al inicio de las escaleras donde mi jefe me lanzaba una mirada dura, observando cada uno de mis movimientos yo desvié la mirada apreté el objeto qué tenía en mi mano derecha y volví a tocar esperando que me respondieron.

Pero nunca llegó la respuesta. —Joven amo...

Hable esperando que al escuchar mi voz el joven amo abriera la puerta.

—Vete, no quiero hablar con nadie. Le dije a mi padre que me dejara en paz.

Solo escuche la voz que llegaba del interior, suspire y sin pensarlo abrí la puerta entrando a la habitación.

Y lo primero que llamó mi atención fue al joven amo qué estaba sentado en el suelo al lado de su cama.

—¡Lárgate! ¿Quién te dio permiso?— Cortó inmediatamente al alzar la mirada y verme a mí caminando hacia su dirección.

—No sabía que me odiabas tanto.

Hable de forma burlona tratando de hacer el ambiente más relajado y tratar de entablar una conversación.

—Lo siento, Ethan. Por un momento creí que eras mi padre. — Desabroche mi saco para tomar siento al lado de Andrew.

—Tranquilo, se que no ha sido un día facil.

Era evidente que el chico llevaba horas llorando, sus ojos estaban hinchados y su rostro estaba rojo. Además del evidente hematoma qué tenía en la mejilla izquierda como un rasguño en su ceja. Sus ojos color esmeralda ahora tenían un derrame por el golpe que sufrió.

—Te traje esto. — Extendí un pedazo de tela que envolvía en su interior hielo. Inmediatamente lo coloque sobre las zonas heridas tratando de ser cuidadoso y Andrew me ayudo a sostenerlo con algunos quejidos de por medio.

—Gracias.

Nos quedamos en silencio, no sabía cómo comenzar a hablar, todos me habían puesto en contexto a lo que ocurrió pero sabía que era un tema personal.

—¿Mi padre te envío?

—No, bueno un poco por que me dijo lo que pasó en la escuela. ¿Quieres hablar de eso? — Negó con la cabeza, ya era la tercera vez que venía con varios moretones en el rostro era más que evidente el mal trato qué recibía de parte de sus compañeros en la escuela.

Hice mi cabeza para atrás recargándose en el colchón qué estaba detrás de mí.

—Se que tal vez lo que te diga no ayude mucho pero solo ten en mente que esto no es para siempre, en unos meses terminas el bachillerato y te irás a la Universidad. Esos chicos que te molestan tomarán su camino y tú el tuyo. — Gire mi cara para verlo a los ojos. —Y conocerás gente con la que de verdad valdrá la pena. Además en una semana también te manifestará como un Alfa de eso estoy cien por ciento seguro.

—Eso haría muy feliz a mi padre para convertirme en alguien igual a él y ser el siguiente jefe. Por eso él me odia tanto, no puede verme a los ojos sin sentir decepción se que nunca seré un alfa como él. — Había una muy mala relación entre ellos y yo había sido espectador de muchas de sus discusiones, su voz tenía un tono de molestia combinado con cansancio.

You Are MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora