Prólogo.

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Taehyung observó al pequeño bebé con fascinación, teniendo envuelta su mano en los pequeños deditos del recién nacido. Estaba tan centrado en el bebé que cargaba entre sus brazos, que pasó por alto el gesto de aburrimiento de su mejor amiga, ChaeWon, la cual se encontraba en la cama del hospital después de un parto exitoso.

—¿Cómo piensas llamarlo? Es un bebé muy lindo, también deberá de tener un nombre lindo, ¿Ya pensaste en ello?—Preguntó el pelinegro, caminando por toda la habitación mientras arrullaba al recién nacido.

ChaeWon se limitó a encogerse de hombros, mostrando indiferencia.—No lo sé, no lo pensé la verdad.

El mayor la miró con incredulidad, ¿Cómo se suponía que no tuviera aún un nombre para su hijo? A esas alturas parecía imposible, por lo que la reprendió.—Debes de estar jugando, tuviste mucho tiempo para pensarlo.

—No es como si realmente me lo hubiera tomado en serio, ni siquiera esperaba su llegada.—Se cruzó de brazos, fastidiada.

—¡Chae! Ahora tienes a tu bebé contigo, debes de ser más considerada con ello.—El pequeño comenzó a llorar, alertándolo.—¿No comió cuando te lo entregaron?

—Taehyung, desde que lo trajeron lo cargaste, ¿Cómo creerías que tuviera tiempo para hacerlo?

Taehyung se tragó un sonrojo antes de tenderlo en su dirección, despidiéndose del pequeño con una caricia sobre su mejilla antes de apartarse.

—Tengo que volver al trabajo, pero llámame cualquier cosa, ¿Bien?

—Claro, que te vaya bien.—Lo despidió con un gesto vago antes de posar al bebé a la altura de su pecho, con una mueca en su rostro ante el llanto que producía.

Sin murmurar una palabra más, Taehyung salió de la habitación hasta la salida del hospital, despidiéndose de un par de enfermeras con una sonrisa que no alcanzaba a reflejar su felicidad, necesitando mantener la distancia. Los temas con los bebés le ponían demasiado sensible, y no era para menos, después de su basta condición para poder concebir y teniendo el deseo de formar una familia, no podía negar el sentimiento de decepción que lo albergaba al verse limitado para cumplir su deseo.

Su mayor sueño se convirtió en tener un bebé en cuanto se enteró que había nacido como un doncel; la noticia le había resultado de maravilla, imaginando toda una vida con una familia para amarla y ser amado, pero después de varios intentos con sus dos últimas parejas oficiales, un par de pruebas después se enteró que, a pesar de haber nacido como un doncel, por algunas condiciones internas no podía quedar embarazado, arrebatándole todas sus esperanzas y anhelos.

Su última pareja lo había destrozado, creándole inseguridades sobre que, si no podía concebir siendo doncel, entonces no servía de nada en la vida. Ambos estaban esperanzados de iniciar una familia, pero después de todo ello, cualquier propuesta de matrimonio y un final feliz se habían desmoronado.

Taehyung observó cómo una pequeña gota manchó la bufanda que traía puesta, por lo que se percató de que su rostro se encontraba ligeramente empapado por un par de lágrimas que se habían escurrido de sus ojos. Sacó un papel para limpiarse y disimular su llanto silencioso, siguiendo su trayecto hacía el trabajo con los ánimos arrastrándose a su paso.

Oh, lo que no esperaba es que, después de un par de días, el llamado de su amiga lo alertó de abandonar aquella vez su trabajo para poder ir a visitarle después de escucharla tan afligida a través de la línea. Ni siquiera tocó la puerta del departamento, solamente entró y corrió hasta donde el llanto del bebé se escuchaba, encontrándose con su mejor amiga sentada en el suelo llorando junto a su hijo.

—Chae, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Están bien?—Se acuclilló frente a ellos, apartando al bebé de sus brazos.

—N-no sé, Tae. No deja de llorar, me duele la cabeza y no sé que más darle para que se calle de una vez por todas.—ChaeWon sostuvo su cabello con fuerza, frustrada.

That's not how this works | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora