Capítulo 19.

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El día transcurrió más lento de lo que había creído, teniendo al pelinegro aumentando su ansiedad conforme cada hora pasaba. La soledad de su departamento no lo dejaba concentrarse lo suficiente, había frustrado un sinfín de tareas desde limpiar su hogar, preparar algo para comer, inclusive adelantar algo de trabajo, pero sus pensamientos se dirigían al mismo punto de partida. 

El beso con Jungkook. 

Lo sucedido se repetía en su mente una y otra vez, recordando pequeños destellos de los cuales había pasado por alto, y otros pocos que aún le hacían sonrojar de sobremanera. Casi se ponía a chillar a mitad de la sala si no fuera porque asustaría a su pequeño y no último que quería era despertarlo de su siesta tardía. 

Para tratar de desviar sus sentimientos, intentó nuevamente hacer la cena y lo consiguió, enfrascado en los ingredientes hasta que la puerta sonó y, comprobando la hora, su cuerpo sintió que se trataba del azabache. Ni siquiera disimuló sus ansías por verlo, apagando la estufa y pasando sus manos por el trapo de cocina antes de dirigirse a la entrada. 

—Hola.—Taehyung se limitó a sonreír tan pronto como abrió la puerta, haciéndose a un lado para dejarlo pasar. 

—Hola, ¿Cómo están?—Cuestionó mientras se encaminaba al interior, descolgándose la mochila del hombro. 

—Bien, ¿Qué tal te fue en el trabajo? 

—Estuvo bien, no hay mucho por hacer mientras solo esté cubriendo turno y ayudando a un par de colegas en sus cuidados. 

—¿Quieres cenar? Acabo de terminar de preparar la cena. 

Asintiendo, se encaminaron hasta la cocina donde comenzaron a seguir en cuencos la cena, iniciando una relajada conversación sobre su día hasta que dieron el primer bocado establecidos en el comedor. Por ese momento, Taehyung se permitió relajarse hasta que la comida en los cuencos se terminó, al igual que la conversación cesó y Jungkook se ofreció a retirar todos los utensilios que usaron para fregarlos en la cocina. 

Para el pelinegro, a partir de ahí sucedió todo en un borrón hasta que se encontraron en la sala, sentados uno frente al otro mientras se mantenían en sus lugares y sus miradas evitaban conectarse. 

El silencio se cernió sobre Taehyung y Jungkook después de la cena, los dos coincidían en que estaban pensando en aquel beso que cambió sus vidas y del porqué se encontraban ahí en ese momento. Mientras el eco de sus emociones seguía resonando en el aire, ambos se sumergen en un mar de pensamientos y sentimientos que han sido despertados por ese momento tan significativo. 

Para Taehyung, el beso había provocado que desenterrara emociones que creía haber enterrado profundamente en su corazón. A medida que los recuerdos de su relación pasada lo invadían, las cicatrices del pasado parecían querer volver a abrirse, trayendo consigo una oleada de inseguridades y miedos. ¿Podrá realmente abrir su corazón nuevamente después de haber sido lastimado tan profundamente? Y con un bebé a su cargo, ¿Puede permitirse el lujo de ser vulnerable una vez más? Ya no solo podía pensar en sí mismo, y aunque aún no surgiera la conversación que tenían pendiente, cualquier escenario era posible y no se encontraba seguro de cómo reaccionar al respecto. 

Mientras tanto, Jungkook de igual manera se estaba enfrentando a un torbellino de emociones desconocidas. El beso con Taehyung ha despertado un fuego dentro de él, una pasión y una ternura que no sabía que existían, o que por lo menos una que no había experimentado con esa intensidad. Pero a medida que contempla su futuro universitario y las responsabilidades que conlleva, se pregunta si está preparado para sumergirse en una relación seria. ¿Podrá encontrar el equilibrio entre su deseo de independencia y el anhelo de estar con Taehyung? Un anhelo que no sabía qué enfrentaba, pero se encontraba persistiendo ahí, persiguiéndolo durante todo el tiempo que había transcurrido desde el beso. 

Taehyung jugueteaba nerviosamente con sus dedos, su mirada perdida en el suelo mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que estaba sintiendo. Sus emociones eran un torbellino de incertidumbre, mezcladas con la dulce sensación de estar finalmente con Jungkook y el miedo persistente de ser herido nuevamente.

Jungkook, por su parte, miraba a Taehyung con una mezcla de preocupación y ternura en sus ojos, deseando encontrar la manera de calmar las inseguridades del doncel y hacerle entender cuánto significaba para él. 

—Taehyung.—Comenzó Jungkook suavemente, rompiendo el silencio tenso que los rodeaba.—Sé que tienes miedo de abrirte completamente después de lo que has pasado, y entiendo tus reservas. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre. 

Taehyung levantó la mirada, encontrando los ojos cálidos y comprensivos del azabache. Un nudo se formó en su garganta mientras luchaba contra las lágrimas amenazando con emerger.—Es solo que... después de todo lo que he pasado, me cuesta confiar en alguien de nuevo.—Admitió en voz baja, su voz temblorosa con emoción. 

Jungkook se acercó hasta el borde del sillón, tratando de alcanzarlo hasta tomar su mano con ternura.—Lo entiendo, Taehyung. Pero quiero que sepas que no soy como los demás. Estoy dispuesto a hacer todo lo posible para ganarme tu confianza y mostrarte cuánto significas para mí. 

Las palabras de Jungkook resonaron en el corazón de Taehyung, disipando lentamente las sombras de sus dudas y temores. Se sintió reconfortado por la sinceridad y la dedicación del azabache, y se permitió creer, incluso por un momento, que tal vez, solo tal vez, podrían encontrar la felicidad juntos. 

—Sé que puede parecer algo inesperado, pero lo que sucedió aquella noche no fue ninguna clase de juego para mí, realmente fue algo que quise hacer y que no he dejado de pensar en ello.  Hay sentimientos de los cuales no me daba el tiempo necesario para descubrirlos, pero ahora que todo está claro frente a mí, solo deseo poder estar a tu lado, que no se quede como algo que pudo suceder o que ni siquiera intentamos hablarlo, porque en estos momentos te puedo entregar mi corazón de la forma más honesta posible si con ello puedo demostrarte lo serio que pretendo ser con todo esto. 

Con un suspiro, Taehyung terminó de romper la distancia que mantenía con Jungkook, buscando consuelo en sus brazos. Se abrazaron con fuerza, compartiendo un momento de conexión y complicidad que parecía trascender el tiempo y el espacio. El pelinegro sintió sus mejillas húmedas, traspasando la camiseta que el azabache llevaba mientras lo apretaba contra su cuerpo. 

—Quiero intentarlo, lo he deseado desde hace tiempo, pero me da miedo de no mostrar lo suficiente y que pueda cansarte, no he intentado tener otra relación desde la última porque me aterraba ese pensamiento, pero ahora contigo quiero hacerlo, mantener algo formal, solo me da miedo arruinarlo.—Confesó con un tono bajo, apretando la tela con sus manos. 

—Está bien si tienes miedo, es normal tenerlo, por ello te propongo que no habrá presiones entre nosotros. Vamos a ir experimentándolo a la par, vamos a tener nuestro propio ritmo para hacer funcionar esto, no tenemos que saltar de lo informal a la formalidad de un segundo a otro, solo quiero que lo tengamos presente y no quede un pensamiento en el aire. 

Taehyung asintió ante sus palabras, manteniéndose en la misma posición hasta que consiguió relajarse. Jungkook no lo soltó en ningún momento, y podía pensar que sino fuera por el llanto de Jiyoung a través del pasillo, seguirían en el sillón hasta que se obligaron a levantarse, el pelinegro guiando al azabache a la habitación mientras lo tenía rodeado con sus brazos sobre los hombros. 

La cercanía no se sentía extraña, todo lo contrario, era agradable para los dos mantenerse de esa manera por el resto de la noche, consiguiendo una conversación más profunda con respecto a sí mismos y lo que pensaban a futuro. Cuando el reloj marcó la medianoche, tuvieron que irse a dormir a causa de sus pendientes para el día siguiente, pero sin desaprovechar la oportunidad de estar nuevamente juntos ahora de una manera consciente de sus acciones. 

El pelinegro se acurrucó lo mejor posible contra el pecho del contrario, inhalando su aroma mientras cerraba los ojos y se enfocaba en la felicidad burbujeando que estaba sintiendo en esos momentos. Jungkook sonrió entre sueños, manteniendo firmemente sus brazos alrededor de la cintura de Taehyung, sintiéndose correcto de esa manera. 

No podía pedir nada más, se encontraba feliz estando ahí, solo con el pelinegro entre sus brazos. 

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