Capítulo 21.

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El día que Jungkook partió hacia la universidad fue agridulce. Taehyung lo despidió con un abrazo cálido y palabras de aliento, sabiendo que su ausencia sería un ajuste para todos. Sin embargo, se consolaba con la certeza de que este era el comienzo de una nueva etapa para ambos, llena de oportunidades para crecer y fortalecer su relación aún más.

Los tiempos que solían pasar juntos fue recortado a momentos expresos que lograban coincidir durante su apretada rutina, pero estaban convencidos que encontrarían los espacios suficientes para coincidir.  

Durante las semanas siguientes, Jk se sumergió en su nuevo entorno universitario con entusiasmo renovado. Cada clase, cada lectura y cada experiencia práctica lo acercaban un paso más a su sueño de trabajar con niños y familias. A menudo pensaba en Taehyung y en el pequeño, sintiendo una mezcla de nostalgia por los momentos compartidos y anticipación por los momentos futuros que los esperaban. ¿Taehyung tenía también esa clase de pensamientos? Parecía complejo descifrarlo, pero el tiempo que pasaban juntos y el cambio en su relación no era superficial para ninguno de los dos, realmente lo veían algo estable. 

Taehyung, por su parte, se encontraba cada vez más cómodo en su papel de padre y profesional trabajando desde casa. Aprendió a delegar tareas, a organizarse mejor y a valorar cada instante de tranquilidad que podía compartir con su hijo. Los días se llenaban de rutinas reconfortantes y pequeños descubrimientos, mientras seguía apoyando al azabache en su camino académico y personal.

El regreso de Jungkook a casa los fines de semana se convirtió en un evento esperado con ansias. Cada reunión era una celebración, como también un descanso de sus rutinas, donde compartían risas, historias y momentos de silenciosa complicidad. Los domingos por la tarde se dedicaban a paseos por el parque cercano, sino es que preferían la comodidad del departamento, donde Jungkook y Taehyung empujaban suavemente el cochecito mientras hablaban sobre los avances en la guardería y los nuevos retos que el azabache enfrentaba en la universidad. 

Para Jungkook, aún se encontraba cómo un reto adaptarse a su rutina a pesar de las semanas transcurridas. Había pensado consigo en su falta de habilidad social, puesto que aún no contaba con ninguna persona de sus clases con la cual pudiera compartir o integrarse como imaginaba desde un principio, todos parecían ser tan diferentes a él. 

Escuchaba y se mostraba ajeno a las conversaciones de sus compañeros, pero era casi imposible ignorar todos los comentarios que soltaban de sus respectivas vidas y no compararse con ellos. Ninguno parecía tener los mismos problemas que él enfrentaba, la edad parecía un impedimento al tener una diferencia cercana de cinco años, lo que no podría parecer mucho pero lograba notarse al momento de expresarse y pensar. La experiencia que ellos tenían, junto con su propia experiencia, eran muy diferentes y parecía una constante competencia por saber quién tiene la razón, si la práctica ejercida había sido tan buena como la teoría estudiada por los demás. 

Y todo ello pareció mortificarle más con el primer trabajo en equipo, sin encontrar un compañero adecuado para trabajar porque todos parecían unirse con un amigo. Encogiéndose en su lugar, decidió tomar apunte de las especificaciones del trabajo, decidiendo en pedir una oportunidad de estar solo a falta de un compañero. 

—Bien, pueden retirarse. No olviden la investigación para el viernes, estaremos comentándola y haciendo un par de ejercicios para comprender mejor el tema, así que es importante su participación.—El hombre frente a la clase habló, dejando el plumón sobre el escritorio.—Tengan un buen día, nos vemos la siguiente clase. 

Cerrando su cuaderno, se dispuso a recoger sus cosas mientras los demás salían del salón tan pronto como el profesor se despidió. Repasando las palabras que le diría para pedir hacer el trabajo solo, se encontraba demasiado enfocado en sus propios pensamientos que no sintió la persona que se había posicionado a un costado suyo, sorprendiéndolo al tocar su hombro. 

That's not how this works | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora